El duque de Edimburgo, el príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, ha muerto a los 99 años, según anunció la Casa Real británica en un comunicado.
"Es con gran pesar que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado marido, Su Alteza Real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo",
señaló el Palacio de Buckingham en la nota.
"Su Alteza Real murió pacíficamente esta mañana en el castillo de Windsor. Se harán nuevos anuncios a su debido momento", agregó.
En esta línea, el comunicado oficial señala que la Familia Real británica "se une a la gente en todo el mundo en llorar esta pérdida".
El príncipe Felipe muere tras haberse convertido en el consorte monárquico más longevo de la Corona británica, con más de setenta años junto a la reina Isabel II.
Felipe de Edimburgo
Único hijo varón del matrimonio entre el príncipe Andrés y la aristócrata Alicia de Battenberg, Felipe nació el 10 de junio de 1921 en el comedor de su casa, ubicada en la isla de Corfú, en Grecia. Aunque recibió el título de príncipe de ese país, en realidad no tenía ni una sola gota de sangre helena, pues su familia paterna era danesa y la materna, alemana.
Su madre enfermó y fue internada en un asilo, donde le diagnosticaron esquizofrenia y su padre lo abandonó cuando tenia 9 años. Le pidió a la familia de su esposa que lo adoptara. Creció prácticamente huérfano debido a que su hermana favorita Celine, murió en un accidente aéreo en 1937.
El futuro de Felipe no estaría en la milicia. A los 19 años conoció a Isabel, quien con 13 años era princesa de la Corona británica. Se vieron por primera vez durante una visita que ella hizo con su papá, Jorge VI de Inglaterra, a la base de Dartmouth. Se dice que el flechazo fue instantáneo y que a partir de entonces empezaron a intercambiar correspondencia. No es extraño que Felipe la haya cautivado tan fácilmente, pues ya tenía fama de "donjuán".
Se convirtió en miembro de la familia real británica tras casarse con la reina Isabel II, hija del rey Jorge VI de Reino Unido, el 20 de noviembre de 1947. Sin embargo, para casarse con la heredera al trono británico, Felipe tuvo que renunciar a su religión ortodoxa, sus títulos de nobleza anteriores y su lealtad a Grecia.
Fue el "único hombre en el mundo que no pudo legarle el apellido a sus hijos".
Durante su vida, el príncipe Felipe de Edimburgo se ha caracterizado por ser el menos acartonado de la monarquía inglesa. Sus comentarios fuera de tono y sus recurrentes metidas de pata en eventos oficiales fueron siempre registrados por la prensa real.
Con información de EFE.
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