El cantante español Raphael se convirtió en noticia esta semana, pero no por el anuncio de alguna gira, sino por un malestar de salud que lo aquejó durante su participación en el programa “La Revuelta”.
La convalecencia mantiene a sus seguidores en vilo y constante oración por su pronta recuperación. A través de las redes sociales, sus fans han enviado mensajes de apoyo al reconocido “Divo de Linares”, población que lo vio nacer el 5 de mayo de 1943 y convertirse en uno de sus hijos excelsos.
Raphael, un baladista como pocos
Poseedor de un impresionante registro vocal, era solo un veinteañero cuando triunfó en el Festival de Benidorm (1966) y un año después en Eurovision, donde se consagró con “Yo soy aquel”, canción que lo lanzó a un merecido estrellato.
Así, imponente y carismático, aunque quienes lo conocen dicen que es un hombre tímido, logró moverse como pez en el mar en los escenarios, al punto de tener 60 décadas de solvente carrera.
Su país natal es una cantera de buenos artistas. Un ejemplo de la riqueza de las décadas de los 60 y 70 es el impacto de Nino Bravo, José Luis Perales, Víctor Manuel, Camilo Sesto y el galán soñado por muchas de la época: Julio Iglesias. Sin embargo, Raphael cautivó con su talento para convertirse en un infaltable durante el enamoramiento y desencanto de más de uno.
Por eso, su repertorio incluye baladas exquisitamente interpretadas: “Como yo te amo”, “En carne viva”, “Estar enamorado”, “Yo sigo siendo aquel”, “Digan lo que digan”, entre otras…Sin embargo, un artista de su nivel no teme descubrir e incursionar en nuevos géneros.
Resurgir cual "Ave Fénix"
En 1992, de la mano del afamado productor Bebu Silvetti y con el talento del cantautor cubano Willy Chirino presentó “Ave Fénix”, y, como quien resurge de sus cenizas para volver a la música, grabó “Escándalo”, una rumba con rap incluido.
Como muestra de versatilidad, entre los minutos 3:04 y 3:21 y el “Niño” rapea: “No me interesa que te tome por sorpresa, un hombre libre siempre he sido yo. Si tengo ganas, hago lo que me da la gana, yo soy el que decide sí o no. Si piensan mal no me tienes preocupado, de tu lado no me voy a separar. Pienso diferente, no vivo con la gente, y mi manera no la voy a cambiar”.
Aunque no se trata de mitología griega, la música y la estirpe de Raphael se mantienen vivas porque nadie como él sabe que sobre una tarima cualquiera pueda ser su gran noche.
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