RevistaRonda
Este año se cumplen cuatro años de la sorpresiva muerte del actor Paul Walker, quien según nuevos detalles revelados por Craig McClellan, abogado de la familia, no murió a causa de la colisión del auto donde iba sino que falleció calcinado.
McClellan aseguró que antes de que el automóvil se envolviera en llamas el actor tenía varias costillas rotas, la clavícula y el brazo pero aun respiraba.
El abogado informó que los forenses llegaron a esta conclusión debido a los restos de hollín que fueron encontrados en la tráquea del actor durante la autopsia. “Estaba respirando y no fue capaz de salir porque estaba atorado”, detalló el hombre de leyes.
Walker logró fama mundialmente por su interpretación de Brian O’Conner en la saga de películas de ficción “Rápidos y Furiosos”.