Rowerth Goncalves
Thor Amor y Trueno marca el regreso del dios nórdico a la pantalla grande. De la mano del director neozelandés, Taika Waititi, llega la cuarta entrega del superhéroe de Marvel cargada de un humor desaforado y un drama que sirve de reflexión, coronado con una banda sonora increíble.
El hijo de Odín viaja por el espacio con los Guardianes de la Galaxia y acude a los llamados de quienes necesitan ser salvados, pero Thor no se encuentra a sí mismo y tiene una fuerte crisis que enmascara con las batallas. Cuando un villano llamado Gorr comienza a asesinar a diferentes dioses, tendrá que salir en su cacería para salvar al Nuevo Asgard y el universo. Durante el viaje tendrá que encontrarse nuevamente con la mujer que amo hace varios años, Jane Foster, quien tiene que tomar una difícil decisión.
Es una premisa bastante seria, pero Thor Amor y Trueno está construida como un viaje dentro de la psiquis de todos los protagonistas. Thor y su crisis de la mediana edad, Gorr y su visión anti dioses y Jane con un problema de salud grave. Además de historias secundarias como las de Korg y Runa.
La película puede partirse en dos líneas distintas, una que es, prácticamente, una parodia de sí misma como si fuera dirigida por el mismísimo Mel Brooks, y otra que es un drama cuasi teológico que puede ser catalogado antirreligioso, incluso.
Thor entre el humor y el drama
Waititi imprime el humor que lo ha caracterizado en su filmografía. Thor tiene muchas semejanzas en el humor con What We Do in the Shadows, película del neozelandés sobre la vida de un grupo de vampiros en la actualidad. El director, que ya hizo lo propio en Ragnarok, te monta en un viaje psicodélico.
La banda sonora sirve muy bien para conectar todo. La música de Guns and Roses sirve de hilo conductor y funciona como nunca en una película de superhéroes. Otro punto alto es la colorización. Pasar de un círculo cromático completo a escenas monocromáticas es un lujo, en especial cuando estas últimas utilizan una técnica como la de largometrajes del tipo Sin City.
Tras la comedia hay y escondido en el segundo plano hay todo un drama sobre la mediana edad. Vemos a un Thor que cada vez es más humano y que ya no quiere seguir como un errante. El desarrollo del personaje en el Universo Cinematográfico de Marvel ha sido de los mejores. De un hedonista a un hombre que quiere sentar cabeza.
El amor en está película está muy bien llevado, Natalie Portman ofrece un papel increíble como Jane Foster, en especial cuando blandea el Mjolnir (el martillo de Thor) y se convierte en Mighty Thor. Lo que hacen con el personaje de la doctora Jane Foster es sublime y prácticamente fiel al canon del cómic.
Uno de los mejores villanos de Marvel
Mención aparte para el villano encarnado por Christian Bale, quien nuevamente mostró porque es uno de los mejores actores de su generación. Gorr es un villano con muchas capas y con un motivo muy fuerte para buscar venganza contra los dioses y también para dejar un duro mensaje.
Si hablamos de todo lo que engloba el tema de la venganza contra las deidades, vamos a encontrar muchas similitudes con pensamientos que todos tenemos en momentos duros y que cuando no sentimos que cambian renegamos de ellos. Algo que fue duro, pero necesario y que tendrán que ver la cinta para descubrirlo.
Thor es una película entretenida, pero no es sencilla de apreciar por todo el popurrí de cosas que tiene. Es una de las películas más arriesgadas de Marvel y será una que te va a entretener o que podrías odiar mucho. Lo que logra Waititi es volarte la cabeza con el metamensaje, pero también la ambición le juega en contra por cómo está estructurada la cinta. Hay dos escenas post créditos y deben quedarse a verla porque plantean cosas en el futuro de Marvel.
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