Por: Rowerth Goncalves
Top Gun Maverick, la secuela de la cinta de 1986 Top Gun, al fin llegó a las salas de cine (estaba pautada para 2020) y valió la pena la espera.
El largometraje protagonizado por Tom Cruise supera con creces a la original y muestra una historia de redención, vivir aún en el pasado y la necesidad de aceptar la vejez.
Pete “Maverick” Mitchell el intrépido capitán está de regreso y nuevamente está metiéndose en problemas.
Cuando tiene un accidente por arriesgarse demasiado en una misión es llevado nuevamente a la escuela Top Gun para entrenar a un grupo de pilotos con miras a una misión peligrosa.
Al llegar a su terreno se da cuenta que en el grupo está Bradley “Rooster” Bradshaw, el hijo de su mejor amigo “Goose” quien falleció en un accidente cuando volaban juntos. Ahora tendrá que entrenarlos y luchar con la relación que tiene con Rooster.
La simpleza de esta película mezclada con un sonido increíble (digno de un Oscar) te lleva a adentrarse nuevamente al mundo de los aviones supersónicos y de las misiones contra enemigos que pueden destruir al mundo, mientras observas el lado humano de los pilotos.
Una película que verás muchas veces
Top Gun Maverick es una cinta dominguera de esas que vas a ver millones de veces y te quedarás pegado frente a la pantalla.
Su historia es simple, pero su desarrollo de personajes es muy fuerte.
Maverick debe lidiar con su soledad, la relación paternal que tiene con Bradshaw y entender que debe dejar de ser tan intrépido y arriesgado en el aire, a pesar de ser el mejor piloto.
Por su parte está Rooster, protagonizado por el genial Miles Teller, quien es el hijo de Goose (Anthony Edwards) que muere cuando trata de eyectar del F-14.
Lo que hicieron con Teller fue calcar la esencia que le imprimió Edwards al personaje y funciona muy bien.
Por momentos parece que ves a Goose y no a Rooster (esto para los que son fans de la cinta de 1986, pero si no la viste, con esta te vas a enganchar rápido).
La relación entre ambos se toca casi de manera fugaz, pero es tan profunda por la culpabilidad que siente Maverick por la muerte de Goose, que hasta puedes terminar la película con lágrimas…
Todo esto envuelto con acrobacias aéreas increíbles.
Y ese es un punto importante dentro de Top Gun Maverick, los aviones y el aire. Las coreografías aéreas que se realizan, todas hechas por pilotos profesionales son sensacionales.
La verdad, nunca había visto la realización de escenas de ese nivel de riesgo con tan buena factura y que tiren poco del CGI.
Lo sutil a veces es mejor
Al final Top Gun Maverick tiene la misma base de la primera entrega, pero esta vez con mucha más tecnología y esteroides.
Cuando la analizas desde el guion es un calco de la primera cinta y esto es porque pasaron 36 años entre ambas.
Algo que también me preguntaba cómo iban a solventar con el personaje de Teller, que al ser hijo de Goose tendría unos 39 o 40 años de edad, pero lo libran muy bien.
La música tiene momentos épicos, pero no es protagonista como en la primera cinta, eso sí, la mezcla de sonido es para impresionar…
Escuchar los aviones es increíble y te harán saltar del asiento.
Pero si algo es flojo en esta película son muchas de las escenas en tierra, en especial la relación amorosa entre Tom Cruise y Jennifer Connelly, que le da un toque ligero y chistoso por momentos, pero qué si no está, tampoco pasa gran cosa.
Cruise envejeció bien, al igual que Top Gun y con esta segunda entrega le hizo un homenaje a Tony Scott y le aseguró a este pequeño universo un lugar mucho más legendario del que tenía.
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