Noruega sigue sin tener datos sobre los cinco empleados de este país que trabajaban en la planta de gas de In Amenas (Argelia), asaltada hace una semana por un grupo salafista y liberada tres días después por el Ejército argelino.
"La situación para cinco de nuestros compatriotas no ha sido aclarada todavía", dijo hoy el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, en una comparecencia parlamentaria sobre el ataque a la planta, operada por la argelina Sonatrach, British Petroleum (BP) y la noruega Statoil.
Expertos de la policía noruega están en Argelia colaborando con las autoridades de este país en la identificación de cadáveres, explicó Stoltenberg, cuyas palabras dejaron entrever no obstante que las esperanzas de encontrarlos con vida son escasas.
"Nuestros pensamientos están con las víctimas, sus familiares y todos los empleados de Statoil, aquí y en el extranjero. Sufrimos con quienes han perdido a sus seres queridos, compartimos el alivio de quienes tienen ya a los suyos vivos en casa y la desesperación de quienes aún viven en la incertidumbre", dijo.
Statoil tenía a 17 empleados en la planta en el momento del ataque -13 noruegos, tres argelinos y un canadiense-, de los que 12 fueron rescatados.
Stoltenberg informó de que continúa el diálogo con Argel sobre la actuación durante la crisis y con vistas al futuro, aunque resaltó que la responsabilidad de lo ocurrido recae únicamente en el grupo armado salafista.
El ataque a la planta de In Amenas se saldó con la muerte de 38 civiles y 29 agresores, según datos de las autoridades argelinas, que han informado de que hay cinco trabajadores desaparecidos.
Un total de 792 trabajadores, de los cuales 107 eran argelinos, sobrevivieron al ataque, reivindicado por el grupo "Brigada de los enmascarados", del terrorista argelino Mojtar Belmojtar (una escisión de Al Qaeda en el Magreb Islámico, AQMI).
El grupo salafista dijo actuar en respuesta a la intervención internacional -especialmente francesa- en apoyo del Gobierno maliense contra los grupos radicales islámicos que controlan el norte de Mali. EFE