Adolfo Carrión, de origen puertorriqueño y que ha ocupado varios cargos electivos en Nueva York quiere sumar ahora el de alcalde de esta ciudad, tras anunciar esta noche oficialmente su candidatura, lo que le convierte en el primer latino en la contienda.
"Estoy anunciando mi candidatura para alcalde", afirmó un entusiasta Carrión en el Museo de Arte de El Bronx a un también entusiasta grupo compuesto por familiares, amigos y antiguos donantes de sus pasadas campañas, que le llevaron al Concejo de la ciudad de Nueva York y a la presidencia del condado de El Bronx, de mayoría hispana.
"Qué bueno es estar de vuelta en casa", afirmó Carrión tan pronto subió al escenario tras ser presentado por una de sus hijas y que exhortó al público a respaldarle "en el viaje" que hoy inicia y en el que busca atraer el voto de la gran cantidad de electores que no salieron a votar en los comicios a la alcaldía de Nuevas York en 2009.
"Sólo tres de diez electores salieron a votar. Despertemos a ese gigante dormido", dijo al referirse a los restantes siete neoyorquinos que prefirieron quedarse en casa y que según Carrión responde a su descontento con los partidos Demócrata y Republicano.
Pese a que el ahora aspirante a la alcaldía forjó su carrera de dos décadas como demócrata, el pasado noviembre abandonó ese partido descontento, y en un intento de buscar la alcaldía como republicano, aún no ha logrado el apoyo. Por ahora, cuenta con el respaldo del Partido Independiente.
Sin embargo Carrión, que subió al podio al ritmo de la salsa "Un verano en Nueva York" de El Gran Combo de Puerto Rico, aseguró que no se presenta a la contienda ni como demócrata, republicano o independiente sino como otro neoyorquino que quiere cambios para la ciudad.
Se presentó como el candidato que representa a los contribuyentes y no los intereses de ciertos sectores, a los niños en lugar de la compleja educación de los burócratas, al bolsillo de todos los neoyorquinos y no las arcas de intereses especiales.
Destacó que busca que Nueva York sea "una ciudad de grandes ideas e innovaciones", de tecnología, que mantenga su promesa de ser un lugar de oportunidades para los inmigrantes, como lo fue para sus padres que llegaron a Nueva York en la década de 1950.
También destacó las áreas de creación de empleos que según el aspirante es "el mejor programa social" para que la Gran Manzana siga siendo una ciudad atractiva para el turismo.
Su prioridad en los cambios de la educación es que aumente el número de estudiantes que se graduan.
Aseguró que tendrá una administración donde los dueños de negocios no enfrenten trabas del Gobierno, refiriéndose a menos impuestos y más viviendas accesibles, renglón en el que según el candidato cuenta con la experiencia que le brindó la presidencia de El Bronx y haber sido director regional de Vivienda federal (HUD, por su sigla en inglés).
"Es el Nueva York que todos nos merecemos", aseguró Carrión, de 52 años, quien en una entrevista con Efe previo a anunciar oficialmente su candidatura dijo que ya es tiempo de que la comunidad latina asuma el liderazgo de la ciudad.
"Mi historia es la historia de nuestra comunidad, de luchar, de trabajar fuerte, de tratar de educar a los niños, de conseguir un lugar en esta economía para proveer a la familia, de ser dueño de una propiedad o abrir un negocio en la capital del mundo, de enviar a sus hijos a la universidad para que progresen en esta nación y se conviertan en líderes", señaló a Efe.
Aseguró que eso no ha sido una realidad para muchos latinos por haber recibido "una pobre educación, por mala salud, por malas condiciones en vecindarios".
Carrión se manifestó a favor de una reforma comprensiva de inmigración, y en cuanto a las bodas entre parejas del mismo sexo opinó que "no es papel del gobierno entrar en los asuntos personales".
"Su papel es proteger derechos civiles, humanos y legales sin discriminación por orientación sexual u otra manifestación del ser humano. En una forma civil y legal, sí el matrimonio se puede permitir", argumentó Carrión, quien estima que su campaña requerirá entre 15 a 20 millones de dólares para llegar al público "casa por casa". EFE