La capilla ardiente del papa emérito Benedicto XVI abrió hoy para el último adiós de los fieles, cientos de los cuales esperan en fila ya desde primeras horas de la madrugada para entrar en la basílica de San Pedro y despedir al pontífice.
La exposición de los restos mortales de Benedicto XVI, que permanecerá abierta hasta las 19:00 horas locales, quedó instalada en la nave central de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Delante del altar de la confesión, junto al famoso baldaquino de Bernini.
Los restos fueron trasladados allí desde el monasterio Mater Ecclesiae, donde residió el papa emérito desde su histórica renuncia en febrero de 2013.
Y donde este domingo fueron velados por amigos, ciudadanos y trabajadores del Vaticano, así como por los cardenales y miembros de la Curia.
Una liturgia con los cardenales antes de abrir la capilla
Antes de abrir la capilla ardiente en la basílica se celebró una liturgia en privado con los cardenales y los más cercanos al pontífice.
Entre los presentes se encontraba la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Los primeros fieles en entrar a despedir a Benedicto XVI, a cuyo lado se encontraba su fiel secretario monseñor Georg Gänswein y el cardenal italiano Mauro Maria Gambetti.
Ambos se agolparon ante los restos, permanecieron frente a ellos unos minutos y los inmortalizaron con sus móviles.
Se espera que unas 35.000 personas acudan a dar su último adiós a Benedicto XVI durante los tres días que permanecerá abierta la capilla.
Mientras que hasta unos 60.000 estarán presentes en su funeral, que presidirá el papa Francisco el próximo jueves también en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Todo ello según las estimaciones de la Prefectura de Roma.
A las 6:00 de esta mañana ya había cientos de personas esperando para poder entrar y se prevé que la fila aumente durante la jornada.
Muchos turistas y curiosos presentes estos días en la capital italiana.
Ya se han reforzado las medidas de seguridad en la zona con presencia policial y el cierre al tráfico de algunas calles adyacentes a Via della Conciliazione.
Personas de todos lados llegan a despedir al papa emérito
También muchas religiosas estaban ya desde primeras horas de la mañana en la fila.
Así como numerosos romanos que quisieron acercarse antes de incorporarse al trabajo para saludar al papa emérito.
Joseph Ratzinger reposaba en la capilla del Mater Ecclessiae decorada con un Belén y un árbol de Navidad.
Y fue revestido con los paramentos pontificios, la casulla roja sobre la túnica blanca, así como la mitra sobre su cabeza.
Pero en las primeras fotos difundidas este domingo no llevaba el palio, la estola de lana blanca que se lleva sobre los hombros y que, con el Anillo del Pescador, representa uno de los poderes de la sede de Pedro, ya que fue a la que renunció en 2013.
A primeras horas de la tarde de ayer se corrió la voz de que el papa Francisco podía acudir al Mater Ecclesiae para dar el último saludo al papa alemán.
Ciudadanos y religiosos se encaminaron por los jardines vaticanos hasta el monasterio donde eran recibidos directamente por su histórico secretario.
Gänswein se mostró muy afligido por la muerte de Benedicto XVI, del que fue gran amigo y consejero, y aseguró a las personas que le dieron el pésame que "lo echará mucho de menos".
Fue suya la idea de abrir libremente la capilla ardiente en el Mater Ecclesiae para que ya desde el domingo los más allegados pudieron darle el último adiós.
La basílica permanecerá abierta durante diez horas el lunes.
Pero ese horario aumentará el martes y el miércoles, pues los fieles podrán pasar ante el cuerpo del papa difunto desde las 7:00 hasta las 19:00 horas.
EFE
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