Fuertes combates se libraron el viernes en El Cairo, donde decenas de miles de partidarios del depuesto presidente de Egipto chocaron con civiles armados en los combates callejeros más intensos que han tenido lugar en la capital desde la revuelta de la Primavera Arabe. Al menos 82 personas, entre estos 10 agentes, perdieron la vida en diversos enfrentamientos a nivel nacional.
Armados con pistolas y fusiles automáticos, residentes se enfrentaron con manifestantes que participaban en la "jornada de la ira" que convocó la Hermandad Musulmana debido a la furia que desataron las fuerzas de seguridad al disolver el miércoles dos plantones en acciones que devinieron en enfrentamientos con saldo de más de 600 muertos.
Mientras helicópteros militares sobrevolaban, residentes furiosos con los manifestantes de la Hermandad los atacaron con piedras y botellas, y ambas partes se enfrascaron en tiroteos, desatando batallas callejeras.
No eran muy altas las expectativas de que el toque de queda nocturno frenase la violencia tras el llamado de la Hermandad Musulmana para que los simpatizantes del depuesto presidente islamista Mohammed Morsi efectúen a diario protestas en el país.
A diferencia de los choques previos entre manifestantes y policías, los del viernes asomaron un cariz sombrío cuando residentes y posiblemente policías vestidos de civil combatieron a los participantes de las marchas convocadas por la Hermandad.
Se vieron pocos policías en uniforme mientras civiles armados y manifestantes a favor de Morsi intercambiaron disparos durante horas en un puente que cruza sobre el distrito capitalino de Zamalek, una elegante isla en el Nilo en la que residen muchos extranjeros y embajadores.
En todo el país, al menos 72 civiles perdieron la vida, además de 10 oficiales de la policía, dijeron funcionarios de seguridad que solicitaron el anonimato de acuerdo con su reglamento interior.
Los hechos de violencia estallaron poco después de las oraciones semanales del mediodía cuando decenas de miles de partidarios de la Hermandad atendieron el llamado de escenificar protestas en todo Egipto en desafío al estado de emergencia que impusieron los militares tras el derramamiento de sangre de principios de semana.
Civiles armados que instalaron retenes en la capital prohibieron acercarse a las marchas de la Hermandad y cachearon al que pretendiera pasar por el lugar. En un retén, los residentes impidieron a ambulancias y vehículos el traslado de heridos a hospitales desde el principal escenario de los enfrentamientos en El Cairo, la Plaza Ramsés.
Las escenas pusieron de relieve el gran peligro que representan los divisionismos para la estabilidad política en Egipto. Al menos nueve estaciones policiales fueron atacadas el viernes, dijeron las autoridades.
La imagen de la fuerza policial de Egipto quedó mellada desde la revuelta de 2011, en la que fue derrocado Hosni Mubarak, que había gobernado mucho tiempo el país, y no se ha recuperado desde entonces.
Viernes 16/08/2013