La alerta sanitaria en Rusia, que marcó este sábado nuevos máximos históricos de mortalidad y contagios por COVID-19, ha obligado a cerrar las regiones más afectadas por la pandemia una semana antes que el resto del país.
Desde mediados de octubre más de un millar de rusos mueren diariamente debido al coronavirus, a lo que hay que sumar los contagios, que rebasan los 36.000. En las últimas 24 horas murieron 1.075 rusos, un nuevo récord desde el estallido de la pandemia.
El gobierno mencionó una veintena de regiones donde la situación epidémica está en alerta y fuera de control, en su mayoría en la parte europea del país.
En la capital cerrarán las escuelas ya a partir del lunes, mientras los mayores de 60 años no podrán salir de casa hasta febrero.
«A finales de esta semana y a comienzos de la siguiente alcanzaremos el pico de contagios, cifras récord en toda la historia de la pandemia», alertó el alcalde Serguéi Sobianin.
Solo un tercio de los rusos se ha vacunado con la pauta completa. En el caso de los mayores de 60 años las cifras son aún más alarmantes. En Moscú, sólo 1,14 de un total de 3 millones se ha pinchado con vacunas como Sputnik V, aún no aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
EFE
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