El actor español Antonio de la Torre, republicano confeso, consideró durante una entrevista con Efe que la monarquía española "está devaluada por demérito propio" y que el "capitalismo feroz" causará la muerte de la democracia antes de su destrucción.
"La corona española es una institución muy devaluada por demérito propio. Soy un republicano que cree en una sociedad en la que los hombres se gobiernen a sí mismos, sin diferencias de clases. El Gobierno en España, y así lo hizo también el PSOE en menor medida, está utilizando el mismo capitalismo que se aplica en el resto del mundo", declaró De la Torre.
Este ganador del premio Goya como mejor actor de reparto (2007), que se encuentra en Santo Domingo con motivo de la XV Muestra Internacional de Cine, tiene un enfoque propio sobre la crisis económica por la que atraviesa España, que expone desde un punto de vista político más universal.
"Para mí ese capitalismo feroz tiene sus días contados, aunque no sé si veré cuando eso ocurra, es un sistema de máximas imposibles, con un consumo exponencial, constante, que desmorona un planeta ‘finito’, que está condenado a su autodestrucción, aunque antes de eso producirá muchos cadáveres, la democracia entre ellos", indicó.
Este actor comprometido sostuvo que desde hace más de dos siglos, el capitalismo le ha metido miedo a la gente, ese miedo a perder el empleo o que hace aceptar recortes.
"Están obligando a la gente a reaccionar, yo siempre fui optimista y pensé que las guerras mundiales servirían para que esto se corrija; pero no ha sido así, no es que lo prefiera, pero la gente no tiene más opción que reaccionar y lo está haciendo", dice.
Desde su punto de vista, dice desconocer si el cine en España asume de un modo militante la situación económica, política o social de esa nación.
"El cine (español) es lo de siempre. Contar historias que te preocupan, pérdidas de valores dentro de la crisis, es decir, es un reflejo inevitable de lo que estás viviendo; no es que nos reunimos en asamblea a planificar, las cosas van surgiendo", manifestó.
Periodista de profesión y actor por "decisión", el intérprete malagueño reveló que se tomará un descanso indefinido para dedicarle tiempo a su hija de dos años y a su esposa.
Antes de responder sobre lo que le gustaría transmitir a quienes acuden a ver sus películas, se aleja un poco del grabador, suspira, mira al techo y regresa con una sonrisa.
"Bueno, aún no lo sé muy bien (…) la primera vez que pensé que sería actor me apunté en una escuela de escenas, me daba cuenta que podía crecer mucho, de poder hacer cosas que no me atrevería a hacer en la vida real; hacer cosas diferentes sin consecuencias, como de conocerte más, ampliarte como persona (…) es muy fascinante esa experiencia de aprobar cosas que la vida te censuraría".
Y de inmediato pone de ejemplo su rol protagonista en "Grupo 7″ (2012), donde interpreta a un policía contundente y arrogante, y por el que alcanzó su quinta nominación a los Goya.
"Para esta película", explicó al referirse a sus dos profesiones, "se junta el periodista y el actor, el periodista le da material al actor. Siempre he creído que la realidad siempre supera la ficción", refirió antes de narrar un episodio que le recuerda una gran satisfacción.
"Cuando gané el Goya (con Azuloscurocasinegro, 2006), una compañera fue a ver la cinta con un juez de prisiones, quien al ver mi personaje le comentó que se parecía a las personas que interrogaba cada día. Ese fue el mejor piropo que me han hecho".
Dirigido por Pedro Almodóvar en "Los amantes pasajeros" (2013), definió al laureado director español como "diferente" en su trabajo con los actores. "Él tiene su mundo claro, le gusta que entiendas el sentido de su película, otros (directores) te dan más libertad. Es una cuestión de concepto", afirmó.
Confesó que le gustaría rodar en inglés sin tener, necesariamente, que hacerlo en Hollywood. Antes de esa eventualidad, simplemente parará de trabajar porque está cansado y no es una "máquina".
De la Torre acaba de concluir en España el rodaje de su último filme, "Caníbal", en el que se mete en la piel de un sastre antropófago. /EFE