Se llamaba Ashli Babbit y el mundo entero la vio este miércoles caer al suelo, tiroteada. La Policía la había abatido durante el asalto al Capitolio de EEUU. Sólo unas horas antes, una emocionada Babbit tuiteaba con ímpetu antes de irrumpir en el edificio gubernamental: "Nada nos detendrá", "la tormenta ha llegado".
Su suegra no se lo podía creer: "Estoy devastada", declaraba al New York Post su suegra, Robin Babbitt, "nadie nos notificó su muerte, nos enteramos por televisión".
Babbit era veterana de la Fuerza Aérea de EEUU. Con 14 años de servicio a sus espaldas, vivía cerca de San Diego, en California, junto a su marido Aaron. Él mismo ha confirmado a la cadena local de San Diego Kusi News que su mujer era una grandísima seguidora de Donald Trump y una "gran patriota" para todo el que la conocía.
La Policía ha iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias de su muerte. Un vídeo difundido en los medios muestra a Babbit tendida en el suelo y sangrando profusamente por el cuello. "Nada nos detendrá…. pueden intentarlo, pero la tormenta está aquí y descenderá sobre Washington DC en menos de 24 horas … de la oscuridad a la luz ", rezaba uno de sus últimos tuits.
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