El presidente brasileño Jair Bolsonaro ignoró este viernes una orden judicial para declarar ante la Policía por su campaña de descrédito contra las instituciones; y reavivó así su conflicto con la Corte Suprema, ahora en pleno año electoral.
La víspera el juez Alexandre de Moraes, del Supremo, citó a Bolsonaro a declarar "personalmente" ante la Policía Federal en el marco de un proceso en que lo investigan; por difundir informes oficiales secretos con la intención de sembrar desconfianza en el sistema electoral.
De Moraes argumentó que, desde noviembre pasado, le dio al gobernante la oportunidad de acordar un lugar y una fecha para esa declaración pero lo ignoraron una y otra vez, por lo que ordenó que asistiera este viernes a la sede de la Policía Federal para cumplir ese trámite.
A última hora, el Gobierno confirmó que Bolsonaro decidió no comparecer y que apeló a la Corte Suprema contra la orden dictada por De Moraes; anunciada este jueves "sin consulta previa" con otros miembros del tribunal e inédita en Brasil; al menos contra un jefe de Estado en pleno ejercicio del cargo.
BOLSONARO
Pero De Moraes negó inmediatamente ese recurso, pues los plazos para apelar concluyeron; y la situación quedó ahora en manos del Supremo que está de receso hasta el próximo martes; a partir de cuando podría analizar lo que supone el incumplimiento de una orden judicial por parte de Bolsonaro.
El líder de la ultraderecha estuvo en conflicto permanente con el Supremo desde que asumió el poder, en enero de 2019, y uno de los frentes fue una dura campaña que lanzó el año pasado contra el sistema de votación electrónico que Brasil adoptó en 1996 y que hasta ahora no fue objeto de una sola denuncia de fraude.
Bolsonaro, sin embargo, afirma que el voto electrónico propicia las trampas y, en medio de esa campaña, esgrimió como "prueba" un informe secreto sobre un ataque informático en las elecciones de 2018; pese a que ese mismo documento probaba que no afectó los comicios en los que él mismo fue elegido presidente.
La comisaria Denisse Ribeiro, responsable del caso en la Policía Federal y que este viernes se quedó esperando a Bolsonaro, consideró el mes pasado que el mandatario había usado esos documentos "con el nítido propósito de desinformar" y "agradar" a los grupos ultras que apoyan a su Gobierno.
EFE
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