2001.com.ve | AFP
La nieve difumina el masivo volcán Llaima, pero las coladas de lava que se extienden a lo largo de kilómetros y la materia piroclástica que se esparce por el Parque Nacional del Conguillío, en el centro sur de Chile, ponen de manifiesto que se trata de uno de los volcanes más activos del continente.
Uno de los principales atractivos de este parque poblado de araucarias, el árbol nacional de Chile, es el Llaima, que en mapuche significa "venas de sangre" o "viudo", uno de los noventa volcanes activos que jalonan los 3.100 km que separan Arica, en la frontera con Perú, de los fiordos australes de Aysén flanqueados por la majestuosa cordillera de los Andes.
La mayor concentración se encuentra, sin embargo, sobre la falla Liquiñe-Ofqui que recorre verticalmente la mitad sur de Chile a lo largo de un millar de kilómetros, en lo que podría considerarse como la ruta de los volcanes, explica el geólogo Manuel Schilling.
La belleza de estos colosos esconde una amenaza latente para las poblaciones cercanas, a la que se suma el riesgo de fuertes terremotos en uno de los países más sísmicos del planeta.
Actualmente, tres volcanes se encuentran en alerta. Los Nevados de Chillán, un complejo de 18 conos y 3.212 metros, está en alerta naranja desde abril pasado. El Planchón-Peteroa y Copahue, en la frontera con Argentina, están en amarilla, mientras Lascar, Puyehue Cordón Caulle y Osorno estuvieron hasta hace un mes en alerta verde, la más baja de las cuatro categorías con que trabaja la Secretaría Nacional de Geología y Minas (Sernageomín).
2018-11-08
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