El Gobierno indio anunció este jueves que la India y China han comenzado la desescalada militar de sus tropas en la frontera del Himalaya occidental; tras meses de tensión y enfrentamientos que dejaron decenas de soldados muertos y heridos.
«Me complace informar a la Cámara de que, como resultado de nuestra estrategia y de las conversaciones sostenidas con la parte china; hemos podido llegar a un acuerdo sobre la desescalada en las orillas norte y sur del lago Pangong»; afirmó el ministro de Defensa indio, Rajnath Singh, en una comparecencia ante el Parlamento.
La implementación de este acuerdo, dijo el ministro, «comenzó ayer en la orilla norte y sur del lago Pangong», en el Himalaya occidental.
El acuerdo alcanzado tras meses de negociaciones y tensión militar permitirá restablecer sustancialmente la situación al nivel en el que estaban antes de que comenzara el enfrentamiento el año pasado», consideró.
El compromiso entre China Y la India prevé que ambas partes cesen sus despliegues militares de manera escalonada, coordinada y verificada, explicó.
Además se ha acordado una moratoria temporal de las actividades militares de ambas partes sobre determinados sectores de la frontera; incluido patrullar en las áreas tradicionales.
El ministro de Defensa aseguró al Parlamento de manera enfática que desde el Gobierno de la India «no ha concedido nada» a China en las negociaciones.
Continuarán conversaciones tanto en lo diplomático como el militar
Las partes continuarán las conversaciones, tanto en el ámbito diplomático como el militar, para acordar los detalles de la retirada así como otros asuntos pendientes.
«Hay algunos problemas pendientes con respecto al despliegue y patrullaje en algunos otros puntos a lo largo de la LAC (Línea de Control Actual) en el este de Ladakh. Estos serán el foco de futuras discusiones con la parte china», añadió.
La India y China comenzaron a reforzar su presencia militar en la frontera tras un choque fronterizo en el valle de Galwan; al oeste del lago Pangong, ocurrido el pasado junio, el peor en 45 años entre las potencias nucleares, en el que murieron al menos 20 soldados indios y 76 resultaron heridos.
Ambos países reaccionaron al enfrentamiento enviando tropas a la LAC, lo que ha mantenido desde entonces disparada la tensión militar en la región. Nueva Delhi y Pekín han intentado desde entonces solucionar la crisis por la vía diplomática.
Las dos potencias nucleares mantienen una histórica disputa por varias regiones del Himalaya; al reclamar Pekín el Arunachal Pradesh controlado por Nueva Delhi, que reivindica a su vez el Aksai Chin administrado por el país vecino.
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