EFE
El colombiano Juan José Herrera, hijo de Ismael Arciniegas, ejecutado en China por narcotráfico, aseguró este martes que el gigante asiático está mandando a los ciudadanos de su país el mensaje de que no viajen allí con droga.
"Ellos quisieron sembrar con mi padre un ejemplo para futuras generaciones de Colombia para que no viajen con droga a ese país. Al ejecutarlo ellos están mandando un mensaje muy claro y es ‘no lo hagan, esta es la paga y aquí no es como Colombia que pueden hacerlo y salir y volver a hacerlo y salir'", dijo Herrera en una entrevista con Efe.
Arciniegas, nacido en Cali y detenido en 2010 en China, estaba preso en la ciudad de Guangzhou, capital de la provincia de Guangdong, y fue condenado a la pena de muerte en 2013 tras haber reconocido que llevaba casi cuatro kilos de droga.
De este modo, se convirtió en el primer colombiano ejecutado por narcotráfico en el mundo, según detalló el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En este sentido, Herrera aseguró que las condiciones en que permaneció preso su padre en China eran precarias.
"Todos conocemos como es el Gobierno chino en cuanto a la interpretación de los derechos humanos y sus leyes son muy estrictas en cuanto al tema del narcotráfico", destacó.
Herrera comentó que su padre se vinculó al narcotráfico en los años 80 cuando comenzó una investigación periodística sobre ese flagelo.
A raíz del libro que debía escribir conoció a "contactos y personas que lo terminaron seduciendo por sus ‘ostentosidades’ en su vida, por el derroche que tenían y él por sus necesidad de brindarle un mejor futuro a su familia decidió involucrarse en ese mundo".
"Por casi 20 años sufre el flagelo de estar en este mundo del narcotráfico, hasta el deceso final que fue su ejecución", apostilló.
Tras él, varios miembros de su familia cayeron en el narcotráfico y él asegura que se salvó gracias al arte del tatuaje.
Precisamente, en su última conversación con su familia, Arciniegas dio recomendaciones a su hijo, al que le dijo que está muy orgulloso de él por su trabajo como tatuador.
La Cancillería que brindó permanente acompañamiento a Arciniegas por medio de sus oficiales consulares en China añadió que "después de varios años de gestiones diplomáticas las autoridades chinas rechazaron las solicitudes de súplica para conmutar su condena".
"Todos éramos muy conscientes del riesgo que se estaba tomando, él más que todo. Creo que el abrazo que me dio en el aeropuerto no era de un hasta luego, no era de un nos veremos, era de un adiós; de un padre diciéndole adiós a su hijo", aseguró Herrera.
En su última conservación, recordó que le pidió que se encargue de su familia y ahora quiere cambiar la imagen que la sociedad tiene de él "como delincuente o villano" para que todos sepan que era un periodista y poeta.
"En la conversación que tuvimos 20 minutos antes de la ejecución, él me dio tranquilidad a mí y a toda mi familia, creo que si lo hubiera escuchado destruido hubiera sido muy duro para mi familia, pero él lo tomó de una manera muy alegre, estaba muy contento, estaba feliz de irse a regocijar en el Señor", recordó Herrera.
Para Arciniegas, la muerte fue un descanso, porque "ya se sentía agotado y cansado del cautiverio y de las condiciones en las que se encontraba", según su hijo.
En los próximos días recibirá las cenizas de su padre y le hará un homenaje "en una tarde de poesía liberando sus cenizas".
"Ya suficiente cautiverio, ya no quiero que esté más detenido, que esté más preso, que esté más encerrado", concluyó Herrera sobre su padre.
2017-02-28