Martha Sepúlveda se convertirá en la primera mujer en Colombia en someterse a la eutanasia sin tener una enfermedad terminal.
Lo decidió así porque desde que fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad grave e incurable; su vida se ha transformado en un tormento. Desde ese momento supo que su muerte sería lenta y dolorosa. Sin embargo, ahora se muestra tranquila, al saber que el Estado le otorgo el permiso de la eutanasia.
“Tengo buena suerte. Me río más, duermo más tranquila”, dijo en lo que fue su última entrevista televisiva con Caracol TV.
Aunque se trata de una decisión difícil, su hijo de 22 años, Federico, también siente una sensación de paz al saber que su mamá ya no pasará por más dolor.
“Mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir porque su vida era literalmente un infierno”, dijo en entrevista con la BBC Mundo.
Esclerosis lateral amiotrófica
Martha fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica a fines de 2018, y su hijo cuenta que ella tomó la noticia de manera muy peculiar.
“Su reacción fue reírse, dijo -vea, tengo esta enfermedad y me muero en tres años-. Pero lo dijo de manera muy jocosa, muy divertida, haciendo bromas. Mi mamá siempre ha sido una persona muy abierta a la muerte. Ella siempre ha dicho -yo no tengo miedo a partir, sino a la forma en la que voy a partir-”, contó su hijo al medio británico.
El domingo 10 de octubre a las 7:00 de la mañana será cuando Martha deje este mundo y termine con el dolor que la aqueja desde hace tres años.
“Está feliz desde que sabe que le van a aplicar el procedimiento eutanásico. El domingo se va a hacer una cremación, se va a celebrar una eucaristía y ya, porque básicamente eso es lo que quiere”, comentó su hijo.
Aunque en Colombia la eutanasia fue despenalizada en 1997, convirtiéndose en ley hasta 2015, fue apenas en julio pasado que la Corte Constitucional del país extendió este derecho a una muerte digna a quienes padezcan “un intenso sufrimiento físico o psíquico, por causa de una lesión o enfermedad incurable”.
Fuente: El Financiero