La educación en la región del Catatumbo se ve gravemente afectada por la violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC, se estima deserción escolar y esperan que las clases no comiencen aún.
A pesar del inicio del año escolar, muchos alumnos y profesores temen regresar a las zonas rurales debido a la falta de garantías de seguridad, aunque alguna parte de los desplazados ya volvieron a sus casas.
Las clases comenzaron este martes, pero muchos maestros que buscaron refugio en Ocaña regresan con temor y se espera que algunos ni siquiera vuelvan a las aulas.
¿Qué dice la comunidad del Catatumbo?
Recientemente, se encontraron trece cadáveres en La Cecilia, lo que incrementó el miedo a quienes hacen vida en las cercanías del Catatumbo.
Algunos padres prefieren que las clases sean virtuales por la inseguridad. Jorge Armando Bohórquez, personero municipal de Ocaña, expresó su preocupación por la falta de garantías y solicitó aplazar el inicio de clases.
Una docente de la vereda Bracitos, del municipio de El Tarra, define la situación ante la agencia EFE como "muy difícil".
De acuerdo a la profesora, se especula que las disidencias de las FARC podrían buscar venganza contra el ELN, lo que podría llevar a reclutamientos forzados de jóvenes.
Otra de las docentes, quienes resguardaron su identidad por temas de seguridad, detalla que tanto los padres como el personal teme que los espacios abiertos que deben recorrer para llegar hasta las escuelas hayan sido convertidos en campos minados.
Los educadores aseguran que muchos de ellos sufren ataques de pánico y momentos de crisis cuando están en los salones, debido a que escuchan las detonaciones de armas de fuego y la invasión de viviendas.
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