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Unos tres mil policías reforzarán la seguridad en los alrededores del Congreso brasileño durante las sesiones que definirán si avanza el trámite para un eventual juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.
El teniente coronel Antonio Carlos Freitas, jefe de seguridad de la capital, explicó que pese a este número "en total, habrá unos 10 mil hombres listos para actuar, en caso de necesidad".
Las sesiones comenzarán este viernes y se prolongarán hasta el domingo, cuando los diputados decidirán si el trámite para un juicio político contra la presidenta llegará al Senado, que tendrá la última palabra en relación al proceso.
Las autoridades calculan que, durante esas sesiones, alrededor de 300 mil personas pueden llegar a concentrarse en la Explanada de los Ministerios, una amplia avenida con enormes jardines centrales, que para evitar eventuales desórdenes han sido divididos en dos por unas vallas de casi un kilómetro de extensión y dos metros de alto.
La intención es que a un lado de esas vallas se ubiquen aquellos manifestantes que apoyan el juicio contra Rousseff y del otro los que defienden a la mandataria. "La operación de seguridad ha sido pensada para evitar que esos dos grupos se encuentren en el camino o en el propio lugar en que esperarán el resultado de la votación", explicó Freitas.
También detallaron que todas las personas serán objeto de rigurosas revisiones y que será impedido que porten objetos cortantes u otros que puedan servir para agredir. "Solo serán permitidas banderas, pero sin mástiles ni ningún tipo de soporte", indicó el jefe policial.
2016-04-14