El cortejo fúnebre con los restos de Isabel II salió este miércoles del palacio de Buckingham, en Londres; rumbo a la sede del Parlamento británico, donde se instalará la capilla ardiente hasta el día del funeral de Estado, el 19 de septiembre.
Por detrás del carro de armas que transporta el ataúd, custodiado por la guardia real, con sus uniformes rojos y boinas negras, y su corona imperial encima; van a pie el rey Carlos III y sus hermanos, Ana, Andrés y Eduardo; y más atrás caminan los príncipes William y Harry, hijos del soberano.
La Tropa de Artillería a Caballo es la encargada de tirar el carro con el ataúd de roble de Isabel II; cubierto con el estandarte real y también una corona de dalias y rosas blancas.
La solemne procesión transcurre a paso lento y en orden casi perfecto por The Mall -que une el palacio y Whitehall; donde se ubican algunos edificios gubernamentales-, engalanada con grandes banderas británicas.
Por delante del féretro avanzan agentes de la Policía de Londres montados a caballo, en tanto que el ataúd va custodiado a ambos lados por el Primer Batallón de los Guardias Granaderos.
El silencio de la gente queda roto solo por la música solemne de una banda real y los cañonazos disparados cada minuto desde el cercano parque londinense de Hyde Park y una campanada del reloj Big Ben, también cada minuto.
Protocolo
Como exige el protocolo para un cortejo de este tipo, el rey Carlos III viste uniforme ceremonial con el rango de mariscal de campo y lleva el bastón de mariscal que le había entregado su madre en 2012; así como la condecoración de la Orden del Mérito, mientras que su hijo y heredero, William; lleva uniforme de la Real Fuerza Aérea (RAF) y varias medallas concedidas por su abuela.
Más atrás, pero en limusina real, van la reina consorte, Camila; la princesa de Gales, Kate; la duquesa de Sussex, Meghan, y la esposa del príncipe Eduardo, la condesa de Wessex, Sophie.
Al llegar a la sede de la Guardia Real a Caballo, frente al céntrico parque de St. James, el cortejo recibió el saludo de esta guardia al atravesar el arco del edificio.
Una vez en el Parlamento de Westminster, el féretro es colocado sobre un catafalco en una capilla ardiente, donde permanecerá custodiado -por turnos- por miembros de la guardia real y los guardianes "Yeoman" de la Torre de Londres, y la podrán visitar los ciudadanos.
EFE
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