EFE
Los negociadores de paz del Gobierno colombiano viajaron este domingo a Cuba con la expectativa de avanzar con las FARC en las discusiones sobre drogas y cultivos ilícitos, un tema en el que lograron los primeros consensos en la anterior ronda de diálogos.
La delegación oficial partió a las 18.20 hora local (23.20 GMT) de este domingo de la base aérea de Catam, en Bogotá, para mañana reanudar las negociaciones en la capital cubana con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dijeron fuentes gubernamentales.
El vuelo del equipo gubernamental, que está liderado por el jefe negociador Humberto de la Calle, hará una escala técnica en Barranquilla, en el norte del país, para reabastecimiento de combustible.
En el vigésimo ciclo, que concluyó el pasado 13 de febrero, las partes lograron construir los primeros acuerdos sobre uno de los tres puntos en que está dividido este tema, relacionado con la sustitución de cultivos ilícitos de coca, marihuana y amapola.
El Gobierno y las FARC están de acuerdo en que la solución al tema de los cultivos ilícitos debe enmarcarse en una reforma rural integral, en la necesidad de fortalecer "la presencia institucional del Estado en los territorios afectados" y en que haya una amplia participación de las comunidades de esos territorios en las acciones conjuntas para solucionar el problema.
Hasta ahora la eliminación de los cultivos ilícitos se ha basado en la destrucción de las plantaciones mediante fumigaciones aéreas o con erradicación manual de las plantas de coca, pero las acciones gubernamentales para ofrecer alternativas a los campesinos no han tenido el alcance esperado.
Se espera que en esta nueva ronda que se inicia mañana las partes logren seguir construyendo consensos, pero es poco probable que se llegue a un acuerdo en la totalidad del tema porque todavía faltan otros dos asuntos por discutir, dijo a Efe una fuente cercana a las negociaciones.
La sustitución de cultivos es solo el primer punto del tema de drogas ilícitas que incluye otros dos: prevención del consumo y comercialización, este último quizás el más sensible de todos porque tiene que ver directamente con el narcotráfico, un fenómeno que en las últimas décadas ha agravado el conflicto armado colombiano.
Desde que se iniciaron los diálogos de paz en La Habana, en noviembre de 2012, el Gobierno y las FARC han alcanzado acuerdos en dos de los seis puntos de la agenda de negociación.
El primer acuerdo fue anunciado el 26 de mayo de 2013, sobre la cuestión de tierras y el desarrollo rural integral, un tema que está directamente relacionado con el de los cultivos ilícitos actualmente en discusión.
El segundo tiene que ver con participación en política y derechos de la oposición, alcanzado el pasado 6 de noviembre.
La reanudación de las negociaciones se produce, como es habitual, en medio de las polémicas que rodean en Colombia el proceso de paz, que aunque no afectan los temas de negociación porque desde un comienzo se acordó que en la mesa se tratarían exclusivamente los seis puntos pactados, sí que son motivo de pronunciamientos públicos, especialmente por parte de las FARC.
El ciclo anterior estuvo marcado por el escándalo sobre el supuesto espionaje por parte de servicios de inteligencia a líderes de izquierda, periodistas y algunos miembros del equipo del Gobierno, entre ellos el jefe negociador.
La nueva ronda de negociaciones se iniciará justo un día después de que la candidata presidencial del partido de izquierdas Unión Patriótica (UP), Aída Avella, escapara ilesa de un atentado a tiros cuando participaba en un acto de campaña en Tame, municipio del departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela.
El ataque contra Avella, que pasó 17 años en el exilio por la campaña de exterminio de que fue objeto en los años 80 y 90 la Unión Patriótica, muestra que la oposición de izquierdas corre todavía muchos riesgos en Colombia y seguramente será tocado por las FARC en sus pronunciamientos habituales sobre lo que ocurre en el país.
Domingo 23/02/2014