En la actualidad, la pena de muerte sigue siendo una realidad en más de la mitad de los estados de Estados Unidos, siendo aplicada principalmente por el delito de homicidio.
Según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, un total de 27 estados mantienen la pena de muerte en sus legislaciones. Alabama, Arizona, Arkansas, California, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Dakota del Sur.
Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Kansas, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Montana, Nebraska, Nevada, Ohio, Oklahoma. Oregon, Pensilvania, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming.
California, Oregon y Pensilvania
En tres de estos estados, específicamente California, Oregon y Pensilvania, los gobernadores han declarado una moratoria sobre las ejecuciones, lo que ha llevado a que no se lleven a cabo actualmente.
A nivel federal, el Gobierno también puede solicitar la aplicación de la pena de muerte en ciertos casos. Sin embargo, las ejecuciones federales son considerablemente menos comunes que las ejecuciones a nivel estatal.
Además, en el ámbito militar, los individuos pertenecientes al Ejército pueden ser castigados con la pena de muerte en circunstancias específicas, aunque su aplicación ha sido escasa fuera de contextos de guerra.
Delitos sancionados
Desde 1976, fecha en que se reinstauró la pena de muerte en Estados Unidos, todos los casos de ejecución han estado relacionados con el delito de homicidio.
Los presos en el corredor de la muerte han sido condenados exclusivamente por este tipo de crimen.
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Cada estado tiene la facultad de determinar las circunstancias agravantes que pueden llevar a que un homicidio sea castigado con la pena de muerte.
Por ejemplo, el asesinato de un niño es considerado una circunstancia agravante en casi la mitad de los estados que contemplan esta sanción.
Tipos de agravantes
Los agravantes varían según el estado y pueden incluir situaciones como homicidios durante secuestros o violaciones, asesinatos de agentes del orden público en cumplimiento del deber, entre otros.
En la mayoría de las ejecuciones realizadas desde 1976, los condenados habían sido directamente responsables de la muerte de la víctima.
Sin embargo, también existen casos en los que los ejecutados habían ordenado o participado en un crimen donde otra persona llevó a cabo el homicidio.
Casos de violación
Históricamente, la pena de muerte se había utilizado ampliamente en casos de violación, especialmente cuando las víctimas eran personas negras y los agresores blancos.
Aunque inicialmente se consideró la posibilidad de aplicar la pena de muerte por violación tras 1976, la Corte Suprema determinó que no era aplicable en casos en los que la víctima sobrevivía al ataque.
Esta decisión se extendió posteriormente a todas las violaciones donde las víctimas habían sobrevivido.
Con información de CNN en Español.
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