"Estamos abiertos a tener una relación positiva con Venezuela mirando hacia adelante, ese es nuestro foco, y todavía tenemos la puerta abierta para eso", dijo la vocero Jen Psaki durante la rueda de prensa diaria del Departamento de Estado, durante la cual negó que su país se inmiscuya en los asuntos internos venezolanos como denuncia Caracas.
El gobierno de Venezuela dio el viernes por terminadas las conversaciones iniciadas en junio en Guatemala por el canciller Elías Jaua y el secretario de Estado, John Kerry, para reanudar relaciones entre ambos países, sin embajadores desde 2010.
Venezuela tomó esa decisión luego de que el gobierno norteamericano ratificara las declaraciones de Samantha Power, nominada como embajadora ante la ONU por el presidente Barack Obama, en las que aseguró que, de ser ratificada, lucharía contra la "represión" que, a su juicio, hay en países como Venezuela.
El martes, el presidente venezolano Nicolás Maduro, advirtió a Estados Unidos de que el restablecimiento del diálogo con Venezuela pasa por la "rectificación" de Washington en su "actitud imperialista".
Jaua también advirtió que para recomponer las relaciones, Washington debe poner fin a la "injerencia en los asuntos internos" y respetar "las decisiones soberanas de Venezuela".
Psaki había dicho el lunes que Estados Unidos "continúa esperando" retomar el diálogo bilateral, señalando que "una relación más funcional y operativa para tratar los asuntos de interés mutuo es del interés de ambos países".
Los acercamientos iniciados entre ambos países para reponer a sus embajadores en sus plazas ya se habían enfriado tras la oferta de Venezuela de otorgar asilo diplomático al excontratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden, prófugo de la justicia estadounidense, que lo acusa de espionaje.
Estados Unidos, primer socio comercial de Venezuela -al que compra unos 900.000 barriles de petróleo diarios en efectivo-, advirtió que habrá "graves dificultades" en las relaciones con el país que reciba a Snowden. /AFP