No existen evidencias de que haya problemas generalizados de conducta en el Servicio Secreto, de acuerdo con informe emitido el viernes por el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
El informe de 145 páginas fue emitido más de 18 meses después que la agencia a cargo de la seguridad del presidente se viese enredada en un escándalo de prostitución en Colombia.
La oficina del inspector general llegó a sus conclusiones sobre la base de un sondeo respondido por 41% del personal de la agencia y entrevistas con 200 gerentes y supervisores.
En abril del 2012, 13 agentes y oficiales del Servicio secreto fueron acusados de andar de juerga con mujeres extranjeras en un hotel en Cartagena donde estaban en espera de la llegada del presidente Barack Obama.
Algunas de las mujeres eran prostitutas y el incidente se conoció porque una prostituta y un agente tuvieron una disputa monetaria.
Seis de los empleados renunciaron o se retiraron, cuatro perdieron sus permisos de seguridad y fueron retirados de servicio y otros tres regresaron a sus puestos.
La directora del Servicio Secreto Julia Pierson dijo en una carta al ex inspector general Charles Edwards que aunque la agencia estaba de acuerdo con las 14 recomendaciones del reporte le preocupaba la forma en que fue conducido el sondeo y sus resultados.
"Por ejemplo, el sondeo le pidió a empleados del Servicio Secreto que hicieran conjeturas sobre actividades personales, sexuales y potencialmente delictivas de sus compañeros de trabajo y respondiesen con lo que ellos pensaban era cierto por medio de rumores y chismes", escribió Pierson. "Eso crea serias preocupaciones sobre el contenido del sondeo y el valor de colectar esa información".
El diario The Washington Post reportó inicialmente el informe final el viernes por la mañana.
Edwards renunció a su cargo esta semana luego de que se le concediese una transferencia de puesto dentro del departamento de Seguridad Nacional. Iba a declarar ante un panel del senado que investiga acusaciones de conducta impropia hechas contra él por informantes. Entre otras cosas, se le acusó de eliminar información potencialmente dañina de un informe sobre el escándalo del Servicio Secreto.
Edwards ha rechazado las acusaciones. Su comparecencia ante el panel senatorial fue cancelada cuando dejó el cargo.
Edwin Donovan, portavoz del Servicio Secreto, dijo el viernes que "el reporte concluye lo que hemos estado diciendo hace casi dos años: que no hay evidencia de conducta inapropiada extendida en el Servicio Secreto y no hay evidencia de que la dirigencia fomenta un ambiente que tolera conducta inapropiada".
Luego de las revelaciones sobre el incidente, el entonces director del Servicio Secreto Mark Sullivan se disculpó en una audiencia del senado, ordenó una pesquisa interna de conducta de empleados y emitió nuevas normas de conducta, entre ellas una prohibición de consumir bebidas alcohólicas 10 horas antes de trabajar y llevar a extranjeros a habitaciones de hotel en las que están agentes y oficiales.