El papa Francisco reconoció que mantiene una "relación humana" con el expresidente de Cuba Raúl Castro y contactos con los obispos de la Iglesia católica en la isla caribeña.
Por ello, confesó que se siente muy cercano al país de Cuba, que considera un "símbolo y con una historia grande".
"Tuve buenas relaciones humanas con gente cubana y también lo confieso: con Raúl Castro tengo una relación humana. Yo me quedé contento cuando se logró ese pequeño acuerdo con los Estados Unidos que el presidente Obama lo quiso en su momento; y Raúl Castro lo aceptó y fue un buen paso adelante pero que se detuvo ahora”, expresó Francisco.
Asimismo, mencionó sobre el riesgo de que el mundo se precipite hacia una Tercera Guerra Mundial y dijo que hace años que se viven "guerras salvajes de destrucción" como la que azota a Ucrania.
"Hace años que estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial a pedacitos, en capítulos, con guerras en todas partes, aunque la guerra en Ucrania "nos toque más de cerca", dijo Francisco en una entrevista por el canal de "streaming" ViX de "Noticias Univision 24/7″.
"La humanidad sigue fabricando armas", lamentó el pontífice, para agregar con firmeza que la guerra "esclaviza", deshumaniza, y que, según el Catecismo católico enseña, "el uso y posesión de armas nucleares es inmoral y no podemos jugar con la muerte a la mano".
El papa también habló de la pandemia de coronavirus, la guerra en Europa, los escándalos de abusos de menores en la Iglesia, el aborto, además de no rehuir preguntas relativas a su estado de salud o el rumor de una posible renuncia.
Estado de salud
Salió luego al paso de los rumores sobre su estado de salud y una posible renuncia: "No tengo ninguna intención de renunciar. Por el momento, no", afirmó en la entrevista de más de dos horas que se emitió íntegra por TelevisaUnivision.
Reconoció que siempre creyó que su tiempo en el Vaticano iba a ser breve, "pero no me di cuenta y ya pasaron 9 años", dijo con humor el pontífice que ha hecho de la búsqueda de "la naturalidad" y de la sencillez una de las marcas de su papado.
Eso sí, confesó que "la rodilla le duele un poco, que se siente algo "disminuido" aunque ahora puede caminar, pero que "nunca", en cualquier caso, se le ocurrió renunciar hasta el día de hoy.
No obstante, "si veo que no puedo, o hago daño o soy un estorbo" espero la "ayuda" para tomar la decisión de retirarme, acotó. Y expresó su "gran simpatía" por la "bondad" del papa Benedicto XVI, que renunció en 2013, y lleva una vida, sostuvo, de retiro, lectura, estudio y escritura a sus 95 años.
Apuntó que, llegado el día de su retiro, prefiere ser considerado simple obispo emérito de Roma antes que papa emérito y dedicar sus horas a la confesión de los fieles y la práctica de la caridad y visita a los enfermos en alguna parroquia italiana.
"Si sobrevivo tras la renuncia, me gustaría hacer una cosa de este tipo: confesar e ir a ver a los enfermos", dijo.
Con información de EFE
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