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El partido del presidente francés Emmanuel Macron se dirigía el domingo a la obtención de una aplastante mayoría parlamentaria que allanará el camino a su prometido programa de reformas de gran alcance, según proyecciones de la primera ronda de elecciones legislativas, marcada por una apatía generalizada de los votantes y otro golpe a los partidos tradicionales que monopolizaron el poder durante décadas.
Los encuestadores proyectaban que hasta una tercera parte de los votos fueron para el partido de Macron en la primera etapa de la elección de dos partes, lo que colocó a sus candidatos con una ventaja cómoda contra el resto de sus adversarios rumbo a la decisiva segunda vuelta de votación, a realizarse el próximo domingo, por los 577 escaños de la Asamblea Nacional, o cámara baja.
Edouard Philippe, primer ministro de Macron, declaró la noche del domingo con confianza que la votación de la segunda ronda daría a la Asamblea “un nuevo rostro”.
"¡Francia ha regresado!", exclamó.
Los encuestadores calculan que 400 asientos o más podrían terminar en manos del grupo de Macron, y que la oposición en el Parlamento estaría fragmentada y sería pequeña. Los adversarios de Macron comentaron con inquietud que su mayoría será tan grande que tendrá libertad de acción para gobernar Francia casi sin obstáculo alguno durante la duración de su período de cinco años.
Parece improbable que Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, de extrema derecha, convierta su gran desempeño en la elección presidencial en un gran número de asientos legislativos. Los encuestadores proyectaron que podría tener 10 o menos legisladores: más de los dos que tuvo en el Parlamento anterior, pero no suficientes para hacer del Frente Nacional la mayor fuerza de oposición que esperaba conseguir Le Pen después de que avanzó por primera vez a la ronda de desempate en la elección presidencial que ganó Macron el 7 de mayo.
Nicolás Bay, secretario general del partido, advirtió que si Macron obtiene “una mayoría tan grande tendrá algo así como un cheque en blanco para los próximos cinco años".
Los dos partidos principales, de izquierda y de derecha, que dominaron la política francesa durante décadas quedaron nuevamente lamiéndose las heridas, marginalizados por el cambio de apoyo de los votantes hacia la revolución política de Macron.
El ex banquero y ex ministro de Economía, quien hasta ahora nunca había tenido un cargo de elección popular, apostó de manera correcta a que los votantes estaban listos para algo completamente nuevo: un movimiento que ocupara el centro ideológico político, compuesto mayormente por rostros nuevos, muchos de ellos sin ninguna experiencia política. La mitad de sus candidatos legislativos son mujeres.
2017-06-11