España blindó la tauromaquia en todo el país a través de una ley que la declara parte de su patrimonio cultural, el máximo rango de protección para un bien inmaterial.
La norma entró en vigor el jueves tras ser aprobada en el Senado a última hora del día anterior. A pesar de las críticas de grupos defensores de los animales, el gobierno dijo que elaborará un plan nacional que recogerá medidas de fomento y protección de las corridas de toros en los próximos meses.
En teoría, la decisión no deroga la prohibición de los toros en Cataluña pero sí le da un paraguas protector, idéntico al que por ejemplo disfruta el flamenco, que previene vetos similares en otras autonomías y que en el futuro podría facilitar su regreso a la región catalana.
La ley establece que la tauromaquia conforma un "incuestionable patrimonio cultural inmaterial español", además de tener una "indudable trascendencia como actividad económica y empresarial".
"La tauromaquia es cultura, comprendiendo otras facetas dignas de protección aparte del propio espectáculo, ya que comprende todo un conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, que van desde la crianza del toro a la confección de la indumentaria de los toreros, la música de las corridas, el diseño y la producción de carteles", dijo el texto.
La declaración puso fin a un largo proceso legislativo que comenzó hace más de un año cuando varios grupos en defensa de la tauromaquia presentaron 600.000 firmas en el Parlamento para impulsar una normativa que blindara los toros. Entre las personas que suscribieron la petición figuraba el propio presidente del gobierno, Mariano Rajoy, además de destacados representantes de la cultura como el Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa y el artista Joaquín Sabina.
Sin embargo, los grupos animalistas criticaron la nueva ley y consideraron que la "tortura no puede llamarse patrimonio cultural".
"La tauromaquia está herida de muerte y no resurgirá con una declaración simbólica", afirmó Silvia Barquero, vicepresidenta del Partido Animalista.
Las corridas de toros, encierros y espectáculos taurinos son una de las tradiciones más antiguas y populares de España. En los últimos años ha crecido el número de plataformas en defensa de los animales que exigen la abolición de la fiesta, que consideran un espectáculo sangriento sin encaje en el siglo XXI.
No obstante, siguen existiendo numerosos aficionados y expresiones culturales vinculadas con la tauromaquia. Al margen de fiestas populares y encierros con toros, que tienen lugar en la mayoría de los pueblos del país, se siguen celebrando un promedio de 2.000 corridas de toros al año, aunque las plazas de toros no se llenan como antes debido a la crisis económica y la ausencia de seguidores jóvenes./ap