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Un exsoldado guatemalteco fue sentenciado a 10 años de prisión el lunes en el sur de California por mentir acerca de su papel en una masacre hace más de tres décadas cuando solicitó su ciudadanía de Estados Unidos.
La jueza federal Virginia A. Phillips también despojó el lunes a Jorge Sosa, de 55 años, de su ciudadanía estadounidense.
El año pasado fue sentenciado por mentir al hacer su solicitud de naturalización en 2007 sobre su papel en el ejército de Guatemala y presunta participación en la matanza de al menos 160 personas en el pueblo de Dos Erres en 1982.
Sosa trabajaba como instructor de artes marciales en el condado Riverside. Fue arrestado en 2011 en Canadá, donde también goza de ciudadanía, y fue extraditado a Estados Unidos.
El exmilitar dijo a la corte que es inocente y manifestó su desacuerdo con el veredicto del jurado.
Su juicio siguió a los desgarradores testimonios de un ex camarada y un hombre que sobrevivió a la masacre en Dos Erres cuando era niño y relató haber visto a soldados llevarse a su madre para asesinarla mientras ella suplicaba por su vida.
Sosa fue sentenciado por un jurado federal después de algunas horas de deliberación.
El caso es uno de varios esfuerzos para llevar a la justicia a los presuntos perpetradores de la masacre de 1982. En Guatemala, cinco exmilitares han sido sentenciados cada uno a más de 6.000 años en prisión por los asesinatos. Otro, en un caso similar al de Sosa, fue sentenciado en Estados Unidos por mentir en su solicitud de naturalización.
Por lo menos 200.000 personas fueron asesinadas en la guerra civil guatemalteca que duró 36 años, la mayoría a manos de grupos del gobierno y paramilitares que buscaban exterminar los levantamientos subversivos.
El abogado defensor Shashi Kewalramani ha dicho que Sosa es un miembro de la sociedad respetuoso de las leyes y no estuvo en un juicio por crímenes de guerra.
"El gobierno busca una puerta trasera para aplicar la ley guatemalteca", escribió Kewalramani en su memorando sobre la sentencia. "Este no es el foro apropiado para castigar al señor Sosa por su presunta conducta en Guatemala, donde no ha sido enjuiciado".
En diciembre de 1982, fuerzas especiales fueron enviadas a Dos Erres a buscar armas que supuestamente robaron guerrilleros. No las encontraron, pero después de que soldados violaran a algunas mujeres, los militares rodearon a los pobladores y los mataron, según documentos judiciales.