El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, y las autoridades regionales apuntan a prolongar hasta mediados de febrero las restricciones vigentes en Alemania. Por el temor a una propagación de las nuevas variantes del COVID-19.
Tanto el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, como los «Länder» gobernados por socialdemócratas y la conservadora Baviera se pronunciaron este lunes por mantener el cierre de la vida pública, en las reuniones preparatorias para la reunión del próximo martes entre Merkel y los líderes regionales.
En declaraciones a la prensa, Scholz. Quien es vicecanciller en el gobierno de coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas. Consideró «muy plausible» la posibilidad de prolongar la situación actual hasta la primera quincena de febrero y de consensuar fórmulas para extender y regular el teletrabajo.
"Cuanto más ciudadanos trabajen desde casa menos congestión en el transporte público encontrarán quienes sí deben acudir al puesto de trabajo porque éste solo puede ser presencial", afirmó.
Las ayudas y compensaciones a grandes o pequeñas empresas, así como autónomos, que deban mantener cerrado su negocio seguirán «el tiempo que haga falta». Garantizó, para avanzar que se plantean algunas mejoras al sistema actual, aunque sin concretarlas.
Junto a la prolongación de las restricciones podría aprobarse, además, la obligatoriedad de usar mascarillas FFP2 en el transporte público y comercios. Como ya es vigente desde este lunes en Baviera.
Genera división, en cambio, la posibilidad de dictar a escala nacional un toque de queda nocturno, a imagen del modelo francés. Ya que algunos «Länder» lo consideran innecesario.
EFE
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