DPA
Los militares iraquíes dieron hoy a los milicianos en la provincia occidental de Anbar una semana para rendirse, mientras los insurgentes han emitido una nueva moneda para afianzar su poder en las áreas que controlan.
El gobernador provincial de Anbar, Ahmed Al Dulaimi, dijo que el ultimátum era parte de una "iniciativa de paz" para poner fin a la crisis en la provincia.
En diciembre, el Ejército iraquí lanzó un operativo en Anbar después de que milicianos mataran en un ataque a 16 militares, entre ellos un alto cargo.
Días más tarde las tensiones crecieron en esta provincia dominada por suníes cuando las tropas leales al gobierno de cúpula chiita desmantelaron el campamento de protesta en Ramadi, la capital provincial de Anbar.
Milicianos del Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS) aprovecharon la coyuntura de tensión y ocuparon la ciudad de Faluya, así como amplias partes en Ramadi.
Desde entonces el Ejército incrementó los ataques para expulsar a los insurgentes. "La iniciativa de paz busca que se restablezca la seguridad y la estabilidad en la provincia y que puedan regresar los civiles desplazados así como comenzar la reconstrucción", dijo al Dulaim en un comunicado colgado en la página web de noticias Alsumaria.
Los combates provocaron que 140.000 personas huyeran de Anbar, según datos de ACNUR, la agencia de refugiados de la ONU.
El gobernador señala que el Ejército se retirará de las ciudades de Anbar y el gobierno impulsará a la policía y reconsiderará la readmisión de personas que fueron excluidas por su apoyo al partido Baath del derrocado Sadam Hussein.
Los suníes protestaron durante casi un año en contra de la discriminación por parte de las autoridades chiitas.
La iniciativa llega justo después de que el líder de los Sahwa de Anbar, un grupo de combatientes a favor de un gobierno suní, anunciara que los milicianos de ISIS han puesto en circulación su propia moneda en Anbar.
Los dinares de ISIS cuentan con una imagen de Osama bin Laden, el que fuera líder de la red terrorista Al Qaeda. "Es una prueba clara para todo aquel que dude de la presencia de ISIS en Anbar", dijo Ahmed Abu Reisha, comandante Sahwa en Anbar.
Con estos enfrentamientos, Irak vuelve a vivir la violencia sectaria que ya colocó al país al borde de una guerra civil en 2006 y 2007. Según la ONU, unas 8.868 personas murieron asesinadas en 2013, la cifra más alta registrada en los últimos cinco años.