El Parlamento de Honduras le tributó este jueves 20 de octubre un homenaje al japonés Shin Fujiyama, quien lleva más de diez años viviendo en el país centroamericano, en el que se ha propuesto construir 1.000 escuelas bilingües.
Fujiyama, de 38 años, recibió del presidente del Parlamento hondureño, Luis Redondo, una medalla de oro y un Pergamino Especial de Reconocimiento, por su aporte a la educación del país a través de su Fundación Students Helping Honduras.
El galardonado dijo que recibía el homenaje "a nombre de muchas personas" que trabajan con él en la Fundación, y de los donantes y voluntarios de muchos países que hacen posible desarrollar su labor social en Honduras.
Fujiyama, quien ha vivido la mayor parte en Estados Unidos, llegó a Honduras por una casualidad, luego de que no pudo cumplir un sueño de ser futbolista, en lo que se probó en varias ciudades de Brasil, cuando tenía unos 17 años.
En principio, había escogido Haití para hacer un trabajo de voluntario. Sin embargo no se pudo concretar por la situación política y social en ese país.
Luego formó parte de un grupo de quince voluntarios de su universidad en Estados Unidos que vinieron a Honduras. Catorce de ellos se enfermaron y él fue el único que superó la aventura. Por esta razón decidió que su trabajo lo haría en el país centroamericano.
Para crear su fundación, Fujiyama sorteó muchos obstáculos, comenzando por la recaudación de fondos. Así pues, esto lo llevó a trabajar haciendo labores de limpieza en su universidad, entre muchas otras.
Honduras
En Honduras, Fujiyama reside en la ciudad de El Progreso, norte del país. Ahí, se ha venido movilizando a muchas comunidades para ayudar a familias pobres, principalmente niños.
Su trabajo, que este jueves resultó reconocido por el Parlamento hondureño. Además, a trascendido en redes sociales, incluido un canal en Youtube.
De las 1.000 escuelas que Fujiyama se ha propuesto construir en Honduras, ya lleva 63.
"Vamos a llegar a construir 1.000 escuelas aquí en Honduras, ese es el sueño que tengo. Estamos en el proyecto número 63, falta mucho, pero con el apoyo de cada uno de ustedes yo sé que vamos a llegar a ese sueño", recalcó Fujiyama.
Entre las comunidades beneficiadas por su fundación, muchos pobladores coinciden en que Fujiyama ha hecho en poco tiempo lo que muchos políticos no han hecho durante décadas.
Fujiyama llevó su obra social a barrios de municipios del norte de Honduras marcados por la violencia, de los que se ha olvidado de lo negativo para dar a conocer "lo bueno que tienen".
En esos barrios pobres, según Fujiyama, "viven los hondureños más trabajadores y tienen un gran corazón".
EFE
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