Las preocupaciones por el repunte de la inflación y la propuesta de un líder sindical para que el reajuste de los precios sea automáticamente repasado a los salarios centraron hoy los debates en el principal acto de conmemoración del Primero de Mayo en Brasil.
La inflación fue el principal asunto abordado por los dirigentes políticos y sindicales que pronunciaron discursos durante el "Primero de Mayo Unificado", un evento organizado por la poderosa Força Sindical y otras tres centrales sindicales en Sao Paulo, la mayor ciudad del país.
El evento, con programación para más de seis horas, reunió a cerca de 50.000 personas en la Plaza Campos de Bagatelle, aunque en su mayoría interesados en las presentaciones de populares grupos musicales y en los sorteos.
El presidente de la Força Sindical, diputado Paulo Pereira da Silva, aprovechó el acto para defender su propuesta para que el Gobierno cree un mecanismo que permita que los salarios sean automáticamente reajustados cada vez que la inflación acumule un 3 %.
De acuerdo con el líder sindical, popularmente conocido como Paulinho y un crítico del Gobierno pese a militar en un partido oficialista, la indexación es la única forma que los trabajadores tienen de preservar su poder adquisitivo ante los aumentos de precios que al parecer salieron del control del Gobierno.
Según los datos oficiales, la inflación interanual en Brasil hasta marzo llegó al 6,59 %, su mayor índice en varios meses y una tasa que amenaza la meta oficial.
El Gobierno trabaja con la meta de que la inflación termine 2013 en un 4,5 %, con una tolerancia de dos puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo, lo que permite que el índice llegue a un techo del 6,5 %.
El repunte de los precios en los últimos meses obligó al Gobierno a elevar este mes la tasa básica de intereses tras un largo procedimiento de reducción de los tipos y a anunciar que adoptará las medidas que sean necesarias para combatir la inflación.
Pese a que no defendió la indexación, el senador Aecio Neves, exgobernador del estado de Minas Gerais y probable candidato de la oposición en las elecciones presidenciales de 2014, aseguró en el mismo evento que el Gobierno es "tolerante" con la inflación, a la que se refirió como "un fantasma que vuelve a rondar la mesa de los brasileños".
Según Neves, los más perjudicados con la inflación son los pobres ya que los precios de los alimentos han subido un 14 % en los últimos doce meses.
"El Gobierno está colocando en riesgo una de las mayores conquistas de los brasileños con su tolerancia con la inflación", aseguró el líder político, que puede ser el principal adversario de la presidenta Dilma Rousseff en las elecciones presidenciales.
El ministro jefe de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, uno de los principales colaboradores de Rousseff, salió en defensa del Gobierno y afirmó que la mandataria es una "leona" a la hora de atacar la inflación.
"No es verdad que la inflación seguirá subiendo. Tuvo un pico en los últimos meses pero ustedes saben el motivo. La presidenta Dilma vigila la inflación como una leona", afirmó.
El ministro de Trabajo, Manoel Dias, otro de los invitados al evento, alertó que la posible equiparación de los reajustes salariales a los precios puede elevar aún más la inflación.
"No considero que hoy necesitemos de indexación. Ya la tuvimos en el pasado y puede estimular la inflación. Es algo que tiene que ser muy bien discutido", afirmó Dias.
El ministro se refirió igualmente a los buenos indicadores del empleo en la fecha en que se conmemoran los 70 años de la edición de la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT), que es el conjunto de las principales normas laboristas del país.
Pese a que la economía brasileña ha sufrido una desaceleración en los dos últimos años como consecuencia de la crisis económica internacional, el desempleo ha mantenido una tendencia descendente y es cada vez menor el número de trabajadores informales en Brasil.
La tasa promedio de desempleo en Brasil en 2012 fue del 5,5 por ciento, la menor desde que el indicador comenzó a ser medido con criterios más rigurosos en 2002. EFE