EFE
Las enormes y crecientes necesidades de los refugiados sirios acogidos en Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía obligan a las agencias humanitarias a ampliar el Plan de Respuesta Regional para Siria y a solicitar 3.740 millones de dólares para llevar a cabo sus actividades de asistencia.
Actualmente, hay 2,9 millones de refugiados sirios registrados en la región, una cifra que crece al ritmo de 100.000 nuevos registros por mes, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Si no logramos ofrecer apoyo suficiente a los refugiados sirios antes de finales del 2014 habrá consecuencias catastróficas para los refugiados pero también para la estabilidad de la región, incluyendo una seria amenaza a la seguridad del Líbano", afirmó, citado en un comunicado, el alto comisionado, António Guterres.
"Tenemos una situación de alta volatilidad en la región, el conflicto que se ha ampliado a Irak, y continuos flujos de refugiados huyendo a países vecinos que provocan una situación de inseguridad humanitaria muy grave", agregó.
Hasta ahora, en 2014, los donantes han contribuido con 1.100 millones de dólares al Plan de Respuesta Regional para Siria, lo que ha permitido al ACNUR y a sus socios proveer de comida, agua, refugio y educación a los refugiados.
Sin embargo, esta cantidad representa poco menos del 30 % del monto solicitado para una población estimada de 3,6 millones de refugiados al final del año.
El ACNUR recuerda que si no reciben los fondos necesarios habrá consecuencias perniciosas, como el hecho de que las mujeres y los niños sean víctimas de explotación sexual y violencia en su búsqueda de la supervivencia; aumento de la malnutrición; degradación de las condiciones en las que 350.000 niños sirios estudian; y limitación de servicios de salud, especialmente de mujeres embarazadas.
Además, se teme el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas, dada la falta de acceso a agua potable y saneamiento, especialmente en Irak, Jordania y Líbano.
Asimismo, la agencia recuerda que 2,4 millones de personas necesitan apoyo para enfrentarse al invierno, dado que sobreviven en tiendas de campaña no adecuadas.
"La comunidad internacional simplemente no puede permitir que los refugiados sigan sufriendo, ni defraudar a los países que generosamente los acogen", concluyó Guterres.