En la capital de Letonia fue derribado el obelisco de la Victoria de Riga, un monumento que contaba con 79 metros de altura y era el último monumentos soviético en honor a la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi.
En este sentido, en Letonia se realizó una serie de monumentos soviéticos demolidos tras la invasión de Rusia a Ucrania.
Asimismo, este monumento fue objeto de debate en Letonia desde que el país recuperó su independencia en 1991.
Para llevar a cabo la demolición, varios trabajadores llevaron maquinaria pesada al pie del obelisco antes de su derribo.
La escultura cayó a un estanque contiguo, causando un gran salpicón en el Parque de la Victoria.
Por su parte, el país comparte 244 km de frontera con Rusia y gran parte de su población es de etnia rusa.
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