EFE
Representantes del exilio cubano, agrupados en la organización sin ánimo de lucro Cuba Study Group, respaldaron hoy las palabras del empresario cubano-estadounidense Alfonso Fanjul, quien tras décadas de oposición al régimen cubano, se ha manifestado recientemente a favor de una apertura hacia la isla.
Fanjul, histórico opositor al régimen comunista de los hermanos Castro y magnate del azúcar exiliado en el sur de Florida (EE.UU.), abrió el debate, no sin polémica, al afirmar en una entrevista a principios de mes con el diario The Washington Post, que estaría dispuesto a hacer negocios en Cuba bajo ciertas condiciones.
"Si hay alguna manera de que la bandera familiar pueda volver a Cuba, estaré contento de que así sea", declaró Fanjul al Post.
El sorpresivo viraje del empresario, cuya familia tuvo que dejar en Cuba mansiones y extensos campos de cultivo nacionalizados por Fidel Castro, están provocando una oleada de reacciones en los círculos empresariales y políticos de la comunidad cubano-estadounidense.
"Apoyamos el hecho de que el señor Fanjul haya iniciado un debate importante, oportuno y crítico dentro de la comunidad cubanoamericana, y en términos de la política estadounidense, sobre cómo responder efectivamente a los importantes cambios estructurales en Cuba", apuntó hoy Cuba Study Group en un comunicado.
La organización, que se define como "no partidaria" y "compuesta por líderes empresariales y comunitarios cubanos que comparten un interés y visión común de una Cuba libre y próspera", condenó asimismo "los ataques personales, insinuaciones e insultos" de que ha sido objeto Fanjul desde que concedió la entrevista.
A sus 76 años, el empresario decía estar reconsiderando su postura sobre las relaciones con Cuba y aseguraba que La Habana podría convertirse en un socio comercial "bajo las circunstancias adecuadas".
"La familia (Fanjul) estuvo en Cuba durante 150 años y, sí, al final, me gustaría ver a nuestra familia en Cuba, donde empezamos. Pero tiene que ser bajo las circunstancias adecuadas. Espero que un día Estados Unidos y Cuba puedan encontrar una manera para que toda la comunidad cubana sea capaz de vivir y trabajar unida", declaraba el empresario.
Las palabras de Fanjul, donante destacado de las campañas del expresidente demócrata Bill Clinton, han tenido un gran eco en EE.UU., donde han provocado el rechazo inmediato de los representantes más hostiles al Gobierno cubano, como los legisladores republicanos Ileana Ros-Lehtinen o Mario Díaz-Balart, o el senador Marco Rubio.
"Mientras que los activistas por la democracia en la isla se enfrentan a represalias aún más duras del brutal régimen cubano, es patético que un magnate cubanoamericano se sienta inspirado para pisar las espaldas de los activistas con el fin de dar a los matones comunistas más dinero con el que reprimir", afirmó Ros-Lehtinen en un comunicado.
En respuesta a esa y otras reacciones, la organización Cuba Study Group expresó hoy su condena ante "la intolerancia mostrada por esas acciones y la falta de respeto a la integridad de las personas que pueden adoptar puntos de vista alternativos".
"La virulencia de estas declaraciones no se justifica y demuestra desprecio por principios democráticos básicos", añade el comunicado del grupo.
Otro destacado político, que fue gobernador republicano de Florida antes de convertirse en independiente, Charlie Crist, apoyó este lunes también un cambio de actitud respecto a Cuba.
El exgobernador, quien se presentará de nuevo al cargo en noviembre pero esta vez por el Partido Demócrata, aseguró hoy en un comunicado que "el embargo no ha logrado nada en más de 52 años para cambiar el régimen en Cuba".
Crist precisó, no obstante, que un eventual levantamiento del embargo contra Cuba "tomará tiempo y habrá que hacerlo de un modo en que las inversiones estadounidenses ayuden al pueblo, y no a la dictadura".
Por otro lado, el empresario y exembajador estadounidense en Bélgica Paul Cejas, quien dejó Cuba poco después de la revolución, también ha declarado que "la diplomacia es una herramienta de la política".
"Es una herramienta de compromiso. Y se utiliza incluso con el más amargo de nuestros enemigos", enfatizó Cejas.