El ministro de Asuntos Sociales de Líbano, Wael Abou Faour, confirmó hoy que ya hay 769.000 refugiados sirios registrados en su país, aunque la cifra real podría alcanzar los 1,3 millones, más del 30 % de la población libanesa.
El ministro compareció ante los periodistas en la sede de la ONU de Ginebra para dar las últimas cifras disponibles, que reflejan un aumento de 6.000 personas en un solo día, frente al dato de 763.000 refugiados que él mismo divulgó esta mañana en su intervención en una reunión del Alto Comisionado para los refugiados (ACNUR), para abordar el éxodo sirio y sus consecuencias.
"El impacto en el país es profundo y amenaza la estabilidad política, social y económica de Líbano", resaltó.
Faour reconoció sentirse no sólo "decepcionado", sino también "frustrado" con la respuesta recibida por parte de la comunidad internacional, que "está dejando que las comunidades libanesas de acogida asuman toda la carga humanitaria del éxodo sirio".
Según los datos del Banco Mundial, el coste para Líbano de acoger al mayor número de refugiados sirios en todo el mundo ascenderá a 7.500 millones de dólares para el periodo 2012-2014.
En consecuencia, el ministro adelantó que su país mantendrá de momento las fronteras abiertas a todos los refugiados que huyan de Siria por razones humanitarias, pero que van a establecer criterios de acogida para "evitar la entrada de personas que quieran aprovecharse del conflicto en Siria para cometer abusos".
Sin embargo, advirtió de que en su país es cada vez más intenso el debate sobre esta cuestión, con algunos grupos parlamentarios que ya están solicitando que se cierren las fronteras, una idea que "gana cada vez más popularidad entre los libaneses".
Faour señaló que están en conversaciones con otros países para desarrollar programas de realojamiento similares al ya cerrado con Alemania, que recibirá antes de fin de año 5.000 refugiados sirios de Líbano. En otros casos las negociaciones hasta el momento son infructuosas.
"La comunidad internacional está perdiendo un aliado muy importante, que es el pueblo libanés, que ya está cansando de asumir él solo la carga del éxodo sirio", subrayó.
El ministro alertó del aumento de "tensiones" y "hostilidad" entre las comunidades locales y los refugiados, que ahora "compiten" por recursos básicos como comida, agua, electricidad o empleo; ya que se estima que la tasa de paro alcance el 20 % antes de fin de año, a unas 324.000 personas.
Según dijo, se están dando "hechos lamentables" como la muerte de dos niños a las puertas de hospitales porque no había capacidad para ingresarles; o el retraso del inicio del curso escolar porque no hay suficientes plazas para todos los estudiantes.
"Han sido dos años de promesas, reuniones y consejos de la comunidad internacional, sin que nada de eso se haya materializado todavía", denunció. EFE