Agencia EFE
El depuesto presidente Mohamed Mursi ha asegurado en un mensaje dirigido a los egipcios que no habrá estabilidad en el país hasta que "se anulen los efectos del golpe de estado", que lo destituyó el pasado 3 de julio.
Según este comunicado, leído por su equipo legal en una rueda de prensa en El Cairo, Mursi denunció haber estado "secuestrado por la fuerza" desde un día antes de su derrocamiento por los militares.
El exmandatario explicó que primero estuvo retenido tres días en la sede de la Guardia Republicana, en El Cairo, y luego en una base naval, en los primeros datos revelados sobre su periplo tras el golpe de estado.
Afirmó, asimismo, que desde el 2 julio no se reunió con nadie de las Fuerzas Armadas egipcias, como publicaron algunos medios, y que solo recibió a la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, y a representantes africanos y juristas.
En alusión a las continuas protestas de sus seguidores, agradeció "la firmeza incomparable del pueblo", que -agregó- se rebeló contra el golpe militar "desde el primer día".
"Esta firmeza es un mensaje claro de que el tiempo del golpe ha concluido y que va camino de desaparecer", de acuerdo al texto, que Mursi entregó ayer a los abogados que lo visitaron en la cárcel de Burg al Arab en Alejandría.
Como ya hizo durante la primera sesión de su juicio el pasado 4 de noviembre, Mursi insistió en su legitimidad como presidente y en que su destitución fue "un golpe militar, un delito y una traición a dios y al pueblo".
Acusó directamente al ministro de Defensa y jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, de haber traicionado su juramento de lealtad.
Por ello, tiene intención de iniciar un proceso ante la justicia contra los autores del golpe de estado, según explicó en la rueda de prensa Mohamed Damati, jefe del equipo legal de Mursi.
El depuesto presidente no reconoce al tribunal que lo juzga y por ahora no ha aceptado tener un abogado para su defensa, tan solo un equipo de asesores.
Damati añadió que todavía es prematuro y no es adecuado decidir si Mursi tendrá un letrado, desmintiendo de esta forma las informaciones de que el elegido sería el intelectual islamista y excandidato presidencial, Mohamed Selim al Awa.
También apuntó que Mursi no respondió a las preguntas de los investigadores, alegando que "no tienen derecho a interrogar al presidente legítimo".
Mursi, dirigente de los Hermanos Musulmanes hasta su elección como mandatario en junio de 2012, está siendo juzgado junto a otros catorce dirigentes islamistas por su supuesta implicación en la muerte de manifestantes.
Miércoles, 13/11/2013