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El papa Francisco exhortó a uno de los movimientos misioneros más grandes pero más polémicos de la Iglesia católica a que respete las diferentes culturas al tratar de ganar fieles por todo el mundo.
Francisco encabezó una ceremonia masiva para conmemorar el 50 aniversario de la llegada a Roma de la organización Camino Neocatecumenal. La comunidad, fundada en España en la década de 1960, forma a los adultos católicos en su fe y cada año envía familias en labores misioneras por todo el planeta.
Bajo el pontificado de los dos papas previos a Francisco, El Vaticano se distanció un poco del Camino Neocatecumenal debido a sus prácticas litúrgicas inusuales, que incluyen celebrar misa los sábados por la noche, y su presencia ocasionalmente divisiva en las diócesis. Los estatutos del Camino no se aprobaron hasta 2008.
Francisco, sin embargo, es menos purista en los temas litúrgicos y ha insistido en que la Iglesia sea más misionera en su naturaleza. Como resultado, aparentemente ha abrazado el Camino Neocatecumenal, aunque con advertencias regulares, incluso el sábado, para trabajar a favor y no en contra de la unidad en la Iglesia.
El papa advirtió a los 34 nuevos grupos misioneros de la organización que no traten de dictar normas a otros ni a seguir guiones previamente escritos, sino que acompañen pacientemente a los fieles. Los instó a amar y respetar las culturas y tradiciones de otras personas.
"Vamos adelante juntos, sin aislarnos ni imponer nuestro propio ritmo, unidos como Iglesia, con pastores y todos nuestros hermanos", dijo Francisco a la multitud, calculada en más de 100.000 personas de 135 países.
Recordó que cuando Jesús exhortó a sus discípulos a encontrar más creyentes, "no dijo vencer ni ocupar, sino hacer discípulos, compartir con los demás el don que han recibido".
Detrás de él estuvieron sentados muchos cardenales y obispos, indicio de que, a pesar de toda su controversia, el Camino cuenta con partidarios de alto rango. Kiko Argüello, el carismático cofundador del Camino, mostró ese interés al identificar por su nombre a cada uno de los cardenales que residen en el Vaticano y que se encontraban cerca.
2018-05-05
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El papa Francisco exhortó el sábado a uno de los movimientos misioneros más grandes pero más polémicos de la Iglesia católica a que respete las diferentes culturas al tratar de ganar fieles por todo el mundo.
Francisco encabezó una ceremonia masiva para conmemorar el 50 aniversario de la llegada a Roma de la organización Camino Neocatecumenal. La comunidad, fundada en España en la década de 1960, forma a los adultos católicos en su fe y cada año envía familias en labores misioneras por todo el planeta.
Bajo el pontificado de los dos papas previos a Francisco, El Vaticano se distanció un poco del Camino Neocatecumenal debido a sus prácticas litúrgicas inusuales, que incluyen celebrar misa los sábados por la noche, y su presencia ocasionalmente divisiva en las diócesis. Los estatutos del Camino no se aprobaron hasta 2008.
Francisco, sin embargo, es menos purista en los temas litúrgicos y ha insistido en que la Iglesia sea más misionera en su naturaleza. Como resultado, aparentemente ha abrazado el Camino Neocatecumenal, aunque con advertencias regulares, incluso el sábado, para trabajar a favor y no en contra de la unidad en la Iglesia.
El papa advirtió a los 34 nuevos grupos misioneros de la organización que no traten de dictar normas a otros ni a seguir guiones previamente escritos, sino que acompañen pacientemente a los fieles. Los instó a amar y respetar las culturas y tradiciones de otras personas.
"Vamos adelante juntos, sin aislarnos ni imponer nuestro propio ritmo, unidos como Iglesia, con pastores y todos nuestros hermanos", dijo Francisco a la multitud, calculada en más de 100.000 personas de 135 países.
Recordó que cuando Jesús exhortó a sus discípulos a encontrar más creyentes, "no dijo vencer ni ocupar, sino hacer discípulos, compartir con los demás el don que han recibido".
Detrás de él estuvieron sentados muchos cardenales y obispos, indicio de que, a pesar de toda su controversia, el Camino cuenta con partidarios de alto rango. Kiko Argüello, el carismático cofundador del Camino, mostró ese interés al identificar por su nombre a cada uno de los cardenales que residen en el Vaticano y que se encontraban cerca.