Por: Edward Aguilar Aza/Especial para 2001 Online.
Perú durante los últimos siete años ha experimentado una vertiginosa crisis política en la cual 6 presidentes han asumido el cargo de jefes de Estado en la nación suramericana.
Perú, el caldo de cultivo de inestabilidad política de la región
Desde 2016, con Pedro Pablo Kuzincski, hasta diciembre del presente año, con la designación de Dina Boluarte como mandataria, primera mujer en asumir el cargo de Jefa de Estado, la nación inca se ha convertido en un cultivo de inestabilidad política y social la cual no ha culminado, debido a que los retos que representa la nueva mandataria son iguales ó mayores a los cuales se enfrentó su predecesor, principalmente el control de un congreso díscolo y la compleja dinámica para formar una coalición que permita crear políticas eficaces para solventar los principales problemas de la sociedad peruana.
Golpe de Estado institucional
El 7 de diciembre aproximadamente a las 12 del mediodía, hora de Lima, Pedro Castillo expresidente peruano, se dirigía en televisión nacional a sus connacionales en un inesperado mensaje en el cual anunciaba la disolución del Congreso de la República de manera temporal, la instauración de un gobierno de emergencia excepcional y elecciones parlamentarias a la brevedad para la elaboración de una nueva constitución.
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Todo esto fue catalogado por gran parte del espectro político peruano como un golpe de Estado institucional. Precisamente este miércoles, en horas de la tarde, estaba previsto el debate parlamentario acerca de la moción de vacancia en contra de Castillo por escándalos de corrupción en su gobierno.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Algunos gobiernos de la región dieron su respaldo al expresidente Castillo, tal es el caso de México y su presidente, Andrés López Obrador.
El gobernante expresó en su cuenta de twitter: «Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución con el sui generis de incapacidad moral». A su vez el canciller Marcelo Ebrand dijo que el gobierno de México podría recibirlo de así desearlo el expresidente.
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Por otro lado, la posición de Argentina y Chile fue de imparcialidad, al mostrar su profunda preocupación por los hechos y haciendo un llamado a todos los actores políticos al entendimiento por las vías democráticas.
La embajada de los Estados Unidos en Lima mostró su rechazo a cualquier acto extraconstitucional del presidente Castillo para impedir que el Congreso cumpla su mandato.
Perú es solo un ejemplo de la complejidad política y social que vive una región en proceso de transformación, el panorama de las izquierdas era favorecedor en su mayoría hasta que escándalos judiciales como el de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, y tramas de corrupción y destitución, como los del expresidente Pedro Castillo, han empañado parcialmente la «marea roja» que vive América en la actualidad.
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Con información de EFE
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