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Sin el apoyo de un importante sector del Partido Conservador, uno de los históricos de Colombia, y en medio de una lucha por lograr la aceptación de su candidatura, la ex senadora y ex ministra Marta Lucía Ramírez busca llegar a la presidencia del país bajo el lema "no más".
Ramírez, la primera mujer en Colombia que ocupó la jefatura de la cartera de Defensa, esto en el gobierno del presidente Álvaro Uribe (2002-2010), fue elegida como candidata en una convención denunciada ante el Consejo Nacional Electoral por no agrupar "la posición de la mayoría de los miembros" de la colectividad.
Varios de sus detractores han insistido en que apoyarán la candidatura del presidente Juan Manuel Santos, quien aspira a ser reelegido para el periodo 2014-2018, y la no la reconocen como su representante. De hecho, formalmente el Partido Conservador no se ha retirado de la coalición centroderechista de gobierno.
Sin embargo, Ramírez siguió adelante a pesar de haber empezado su campaña tres meses después de sus contrincantes.
Ramírez, quien insiste en plantear "un gobierno diferente", tiene 59 años y pertenece a una familia de clase media. Nació en el municipio de Zipaquirá, ubicado a 48 kilómetros al norte de Bogotá.
Estudió derecho en la Universidad Javeriana de la capital colombiana, además de varias especializaciones, y en 1996 fue investigadora del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard.
Ministra de Comercio Exterior en el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), quien la apoya incondicionalmente, Ramírez asegura que ha cosechado todos sus triunfos "sin palancas (ayudas)" y considera que "la seguridad democrática", que implementó desde el Ministerio de Defensa, "debe regresar" al país.
Aunque fue cercana a Santos, ahora Ramírez discrepa mucho con el actual mandatario.
Para la ex embajadora de Colombia en Francia, no es posible otorgarle sin condiciones un espacio político a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se desmovilicen tras la eventual firma de un acuerdo de paz.
Ella asegura que, de ser elegida presidenta de Colombia, continuará con los diálogos que el gobierno protagoniza desde 2012 con las FARC en Cuba, aunque establecerá como condición el respeto a la población civil de parte de la guerrilla.
Además, Ramírez exigiría a las FARC que suspendan "el reclutamiento de niños, la colocación de minas en el campo colombiano y por supuesto, también los atentados terroristas contra la población civil".
De convertirse en la primera mujer en ser presidenta, la ex senadora garantizaría el orden y la seguridad ciudadana, fortalecería la educación implementando la universidad gratuita para los jóvenes de estratos sociales bajos, impulsaría las pequeñas empresas y mejoraría la situación de la agricultura en Colombia, según su programa de gobierno.
Ramírez tiene como principal bandera de campaña el "no a la corrupción", aspecto que pretende manejar bajo la creación de un "bloque de búsqueda" para narcotraficantes y corruptos "que roben al Estado".
La abogada y política pretende vigilar las entidades públicas a través de cámaras y quiere limitar la reelección de los parlamentarios.
Quienes conocen a la ex ministra, que en sus años de juventud fue modelo de revistas, la describen como una mujer de temperamento fuerte, aguerrida y con una gran fuerza de voluntad.