Aficionados del equipo de fútbol austríaco Rapid Viena tuvieron una ingeniosa idea para desahogar su enfado por la crisis deportiva del club.
Los seguidores aprovecharon la oscuridad para levantar un muro de dos metros de altura ante la entrada de la sede del club en la noche del sábado al domingo.
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En el muro se plantó una foto del mánager del club, Werner Kühn, y la inscripción: "No se me permite la entrada".
Desde hace semanas, tanto Kühn como el presidente, Rudolf Edlinger, son criticados porque el Rapid Viena está tercero de la clasificación a una gran distancia de los rivales Austria de Viena y Salzburgo./DPA