La cifra de fallecidos por el ataque del sábado contra un hospital de la localidad siria de Afrín, controlada por las fuerzas turcas y sus facciones aliadas; ascendió hoy a 21, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos; que atribuyó la agresión a las fuerzas del Gobierno de Damasco y a sus aliados rusos.
"El número de muertos aumentó a 21, de los que 17 son civiles", informó en un comunicado esta organización con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Entre los fallecidos, añadió, hay al menos cinco mujeres, incluidas tres trabajadoras del hospital, dos niños, un médico; un líder y dos miembros de una facción proturca, un policía y cuatro empleados de dos organizaciones humanitarias.
Todos ellos murieron como consecuencia de la caída "de cohetes disparados por las fuerzas del régimen desde sus posiciones en los pueblos de Al Ziyara e Ibbin", sostuvo el Observatorio.
Advirtió además de que podría aumentar el balance de víctimas mortales debido a que entre los "más de 23 heridos"; algunos están en condiciones graves, incluidos algunas mujeres y niños.
Mayor masacre en Siria
De acuerdo con la ONG, esta es la mayor masacre en Siria, un país que sufre una guerra civil desde hace diez años, desde abril del año pasado; cuando el estallido de un camión de combustible causó la muerte de 52 personas, entre ellas 11 niños.
La Defensa Civil Sirio o "cascos blancos", un cuerpo de rescate que opera en las zonas del país controladas por la oposición; indicó en un comunicado que tras un primer bombardeo del hospital de Afrín; este volvió a ser atacado cuando sus trabajadores y voluntarios estaban en el lugar para asistir y trasladar a los heridos.
Este organismo aseguró que los proyectiles fueron lanzados "dese áreas controladas por el régimen y por las FSD (Fuerzas de Siria Democrática; alianza opositora integrada principalmente por kurdos) en el norte de Alepo".
Los hospitales e instalaciones de salud son frecuentes blancos de ataque de Siria, donde las ONG y organismos internacionales como la ONU han denunciado este patrón, sobre todo por parte de las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad.
Además de la matanza de Afrín; el sábado los bombardeos y el fuego de artillería de las fuerzas gubernamentales y la aviación rusa dejaron otros dos civiles; un hombre una mujer, y 19 heridos en la región de Idlib, según los "cascos blancos".
Estos denunciaron una "escalada militar" en las dos últimas semanas por parte de Damasco y sus aliados rusos dirigida contra civiles; el personal médico y de rescate; que ha dejado "decenas de civiles inocentes muertos".
Su objetivo, afirmó, es "crear una realidad antes de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 11 de julio organizada para votar sobre los mecanismos para proporcionar asistencia humanitaria en la frontera" del norte de Siria.
EFE
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