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Parientes furiosos de algunas de las más de 130 personas que permanecían desaparecidas tras el naufragio del transbordador Sewol rodearon al ministro de Pesca y al jefe de la Guardia Costera el jueves y les impidieron partir de la zona donde las familias aguardan novedades de sus seres queridos desde hace más de una semana.
Fue la expresión más reciente de furia y desesperación provocadas por un siniestro repleto de señales de que el gobierno hizo poco por proteger a los pasajeros. Un político opositor dijo poseer un documento que demuestra que el transbordador llevaba mucha más carga de lo que debía.
Parientes de los pasajeros desaparecidos rodearon al ministro de Océanos y Pesca, Li Ju-young, al jefe de guardacostas Kim Seok-kyun y a su segundo Choi Sang-hwan. Los tres se sentaron en el suelo bajo una carpa donde se colocan avisos sobre los cadáveres recuperados, que a esta altura suman 171.
A los gritos, algunos familiares acusaron a los funcionarios de mentir sobre la operación, exigieron que la búsqueda continúe durante la noche y preguntaron por qué no se permitió que cientos de buzos civiles se sumen al personal naval y de guardacostas en la búsqueda de los cuerpos. Varios familiares lloraron durante toda la tensa escena.
"Estamos haciendo nuestro trabajo y nosotros también sentimos lo mismo que ustedes", dijo Kim. "Estamos tratando de traer todo el equipo posible".
Unos 700 buzos trabajan en el lugar del naufragio del 16 de abril, dijo Koh Myung-seok, vocero de una fuerza de emergencia conformada por varias agencias del gobierno. Más de 340 buzos ofrecieron sus servicios, pero solo 16 se lanzaron al agua.
En respuesta a las quejas de que no se ha utilizado lo suficiente a los voluntarios, Koh dijo que se permitió que algunos se zambulleran, pero éstos "se fueron después de tomar fotos o salieron del agua en menos de 10 minutos. Por eso hemos concluido que los buzos civiles demoran el proceso de rescate" y no se permitirá su participación.
El gobierno ha dicho que la búsqueda se ha vuelto más difícil porque los buzos deben derribar los tabiques de los camarotes para hallar más cadáveres. Muchos de los cuerpos recuperados se encontraban en un gran salón.
Once tripulantes, entre ellos el capitán, están detenidos bajo sospecha de negligencia y de abandonar a la gente cuando se hundía el transbordador en la travesía del puerto de Incheon a la isla austral de Jeju. El jueves se emitieron órdenes de arresto para otros cuatro tripulantes.
Todavía se desconoce la causa del siniestro, pero los fiscales toman en cuenta, entre otros factores, un viraje efectuado por la nave en el momento que comenzó a hundirse, el viento, las corrientes marinas, las modificaciones efectuadas al barco y la carga que transportaba.
Mun Ki-han, vicepresidente de la Union Transport Co., responsable de colocar la carga a bordo, dijo que ésta pesaba 3.608 toneladas. Esto es mucho más que lo reportado, según la Guardia Costera, por el capitán Li Joon-seok en documentos presentados a la Asociación Coreana de Navegación: 150 autos y 657 toneladas de carga adicional. Los vehículos a motor pesan en promedio una tonelada.
El diputado Kim Yung-rok, del partido opositor Alianza Nueva Política por la Democracia, dijo que documentos del Registro de Navegación Coreano en su poder demuestran que el Sewol transportaba una carga tres veces y media mayor de lo permitido por los reguladores. Su oficina entregó algunos de los documentos a la Associated Press.
Según Kim, un funcionario que inspeccionó la nave cuando se la modificaba para admitir más pasajeros, halló que su centro de gravedad se había elevado 51 centímetros, con lo cual su límite de carga debía reducirse a menos de la mitad, de 2.437 toneladas a 987 toneladas. Las modificaciones se efectuaron a fines de 2012 y comienzos de 2013.
En Ansan, estudiantes de la ciudad surcoreana más afectada por el desastre del transbordador regresaron el jueves a clases mientras un ambiente lúgubre envolvía a su escuela, donde se colocaron crisantemos, listones amarillos y fotografías de compañeros y maestros que conforman la vasta mayoría de las más de 300 personas que se cree perecieron en el naufragio.
La secundaria Danwon fue a veces escenario de mayor luto, porque parientes de las víctimas visitaron en procesiones fúnebres los salones de clases de sus seres queridos antes de disponer la cremación de los cadáveres. Funcionarios de Educación dijeron que dedicarán los primeros dos días de clases a ayudar a los estudiantes a que enfrenten la pérdida de sus compañeros y el trauma subsecuente, con la asistencia de psiquiatras y orientadores profesionales.
Cerca, en el Museo Memorial Olímpico, un monumento temporal cubierto de flores dedicado a los aproximadamente 250 estudiantes muertos o desaparecidos, atrajo una larga fila de dolientes vestidos de negro.
"Estoy muy triste, y a la vez tengo resentimiento e ira", dijo el empresario Lee Dong-geun. Cuando "ingresé, vi las caras de los estudiantes y no pude contener las lágrimas", afirmó.