EFE
Los talibanes pusieron hoy fin a cuatro días de silencio al confirmar la muerte de su líder el mulá Mansur en un bombardeo de Estados Unidos el pasado sábado y anunciar que el mulá Haibatullah, un clérigo experto en la justicia islámica, es su nuevo "Príncipe de los Creyentes".
Los pronósticos se han cumplido y Haibatullah, uno de los dos lugartenientes que tenía Mansur, ha sido designado como su sucesor y nuevo jefe del grupo tras la muerte del hombre que apenas pudo sustituir durante diez meses al mulá Omar.
"El Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenominan los talibanes) anuncia que su líder (…) mulá Mansur abrazó el martirio el sábado en un bombardeo de un dron estadounidense", aseguraron los insurgentes en un comunicado remitido a Efe.
Haibatullah, un clérigo conocedor de los textos sagrados que ha sido el principal responsable del sistema judicial talibán y segundo lugarteniente de Mansur, ha sido nombrado como "Príncipe de los Creyentes" (título que dan al máximo dirigente los insurgentes) "tras una larga discusión", según el comunicado.
Junto a él se mantendrá Sirajudin Haqqani, que era el primer lugarteniente de Mansur.
Sirajudin es el hijo del fundador de la red Haqqani, Maulawi Jalaludin Haqqani, al que reemplazó en 2005 para liderar ese grupo terrorista fundado en los años 70 y de cuya protección Estados Unidos ha acusado reiteradamente a Pakistán.
El otro ayudante de Haibatullah será el mulá Yaquba, hijo del mulá Omar y una de las principales voces críticas con la designación de Mansur en sustitución de su padre.
Los insurgentes detallaron que el mulá Mansur falleció en una zona fronteriza entre la provincia afgana de Kandahar y la paquistaní de Baluchistán (suroeste).
En el primer llamamiento tras el nombramiento de Haibatullah, el presidente de Afganistán, Ashraf Gani, llamó a los talibanes a dejar las armas y reanudar "una vida normal y en paz".
"Los grupos talibanes tienen una nueva oportunidad de acabar y renunciar a la violencia, dejar las armas y reanudar una vida normal y en paz", indicó el presidente Gani a través de su cuenta de Twitter.
"De otra manera afrontarán el mismo destino que sus líderes", añadió.
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, también a través de la cuenta en esa red social invitó a Haibatullah a hacer la paz.
"La solución pacífica es la única opción para los talibanes o su nueva dirección encarará el mismo destino" que Mansur, agregó.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid indicó a Efe que los restos mortales de Mansur fueron enterrados en su lugar de origen en Afganistán.
"Su féretro fue trasladado a su zona natal en Afganistán y fue enterrado. El lugar exacto no lo podemos revelar por razones de seguridad y porque algunos rituales aún no han terminado", afirmó el portavoz.
La declaración se produce al día siguiente de que el Gobierno paquistaní asegurara que está cotejando los resultados de ADN para verificar la identidad del cadáver encontrado en su territorio el sábado y que correspondería con el de Mansur.
Precisamente hoy el jefe de las Fuerzas Armadas de Pakistán, el general Raheel Sharif, se reunió con el embajador estadounidense en Islamabad, David Hale, para expresarle sus "serias preocupaciones" por el ataque con dron que alcanzó el objetivo en territorio paquistaní.
Esos "actos de violación de la soberanía van en detrimento de las relaciones entre los dos países", dijo Sharif, de acuerdo con un comunicado difundido por la Oficina de Información del Ejército paquistaní (ISPR, en inglés).
En el primer día del nuevo líder de los talibanes, el grupo insurgente realizó un atentado mortal en Kabul.
Al menos 10 empleados judiciales y civiles han muerto y 4 han resultado heridos tras un ataque suicida contra un autobús que transportaba personal del departamento de justicia en Kabul.
"Un suicida con bomba ha alcanzado un autobús de transporte que estaba llevando empleados judiciales" en el distrito quinto de Policía de Kabul, manifestó a Efe el viceportavoz del Ministerio del Interior afgano, Najib Danish.
Los talibanes confirmaron la autoría del ataque a través de uno de sus portavoces, Zabihullah Mujahid, que aseguró a Efe que fue "una revancha", después de que "esos jueces" sentenciaran a muerte a seis talibanes, que serían luego ejecutados.
Este es el primer ataque desde que el Gobierno comenzaron las ejecuciones de talibanes el pasado 8 de mayo, una decisión que los insurgentes anunciaron que responderían colocando a los organismos oficiales y particularmente al aparato de justicia como primer objetivo.