EFE
Un Tribunal de Sentencia de Bolivia condenó hoy a 30 años de prisión a un acusado del asesinato de una pareja de turistas franceses en 2010 cuando visitaban el pueblo boliviano amazónico de Guayaramerín, en la frontera con Brasil.
La abogada Audalia Zurita, que representó a los familiares de las víctimas, cuyos cuerpos están desaparecidos, dijo a Efe que la sentencia fue dictada en la ciudad de Trinidad, capital del departamento de Beni, a cuya jurisdicción pertenece Guayaramerín.
Explicó que el tribunal condenó al boliviano Jaime Martínez a 30 años de cárcel y resolvió que debe cumplirlos en el penal de alta seguridad de Chonchocoro, en el altiplano de La Paz.
Según la abogada, un "testigo principal", que se encuentra bajo la protección especial de las autoridades, declaró haber visto a Martínez disparar contra Jérémie Bellanger y "se presume" que después hizo lo mismo con su pareja, Fannie Blancho.
Los franceses Bellanger (25) y Blancho (23) desaparecieron en agosto del 2010 tras asistir a una fiesta privada en Guayaramerín, pueblo al que llegaron como turistas tras tomarse un año sabático para visitar algunos países suramericanos.
La hipótesis de la acusación es que fueron asesinados en la hacienda de Jaime Martínez, después de que varios hombres violaran a Fannie y Jérémie intentara detenerlos.
Los cuerpos de los dos jóvenes nunca aparecieron.
El tribunal también decidió absolver al padre de Jaime Martínez, Azar Martínez, y a Roberto Forero y a Rosmery Roca, de las acusaciones de supuesto encubrimiento y complicidad en el crimen.
Zurita dijo que "el cien por cien de las pruebas incriminaban" a Jaime Martínez y el "testigo principal" también reconoció a Forero y Roca como cómplices, por lo que ahora se planteará una apelación al fallo para pedir también una condena para esas dos personas.
Los padres de Fannie y Jérémie asistieron a la lectura de la parte resolutiva de la sentencia en un acto que continuará el próximo domingo por la tarde con las referencias a los argumentos.
"Queremos la sentencia de todos los otros acusados y entonces vamos a apelar de esa decisión", declaró a Efe el padre de Jérémie, Patrick Bellanger, que dijo sentirse aliviado por la condena de 30 años contra el principal imputado.
"Esto es una prueba de que hay que pelear, hay que seguir, de que no se puede dejar las cosas como están para hallar a los culpables y también es una prueba de que se puede sentenciar a alguien aún cuando no se hallaron los cuerpos", dijo Bellanger.
Los padres de los dos franceses volverán en los próximos días a Francia y retornarán en dos o tres meses a Bolivia para continuar con las apelaciones.