Amigos, siempre es duro que alguien se nos vaya lejos y deje a un lado su vida entera por defender una causa, a veces sin poder voltear a ver qué y cuanto ha dejado atrás. Chávez, como cualquier otro hombre tuvo un pasado, un presente e incluso después de haber desaparecido físicamente tiene un futuro por haber llegado al alma de su pueblo.
Después de mucho tiempo de convivencia con él y su Gobierno venimos a darnos cuenta que tal vez nadie se puso en su lugar para mirar por sus ojos, nadie fue capaz ni por un solo segundo sentir con su piel todo lo que le tocó vivir y hacer por los suyos. Recordemos que no siempre la belleza física es la que enamora y que no siempre la justicia y la igualdad vienen de un rostro blando y sonriente.
A lo largo de su vida pública y privada, Hugo Chávez, descubrió que para él sólo existían dos tipos de secretos, aquellos que NO vale la pena callar y los que son demasiado valiosos como para ser ocultados, mucho menos cuando se le debe la vida a un pueblo.
En su enfermedad y en su triste partida aprendió que un adiós siempre duele, las fotografías nunca sustituirán los momentos ya vividos y que los recuerdos intensos, buenos o malos, cada vez que llegan a nuestras mentes nos hacen llorar. Son esos mismos que al final de todo se convierten en nuestros únicos compañeros cuando nos llega el ineludible momento de ir a la tumba.
La vida es corta como para desperdiciarla en remordimientos y rencores, gracias a Dios Chávez nunca perdió su humanidad a pesar de las tentaciones y las presiones típicas del papel que le tocó interpretar en el efímero teatro al que llamamos vida. Muchos lo aman, muchos lo odian, pero al final nada de eso importa, pues es la vida misma quien se encarga de poner a cada quien es su lugar y dar la razón a quien la tenga.
Es importante recordar algo, si todos tuviéramos una segunda oportunidad muchas cosas las haríamos diferentes, pero tal cosa no existe. Vivir no es como sentarse a escribir frente a un monitor, donde tienes el poder de borrar y volver a empezar las veces que quieras.
De los labios de nuestro Presidente nunca se oyó decir que la vida era fácil, pero si prometió a los suyos que valdría la pena vivirla, luchó por quienes amó, superó el dolor, la enfermedad y hasta tuvo que retar a la muerte para ganar tiempo junto a su pueblo y asegurarse que quedara en las manos correctas para dar continuidad a todo aquello por lo que entregó su alma.
Chávez, por siempre te seguirán amando y odiando, esa es la condición de líder que alguien de tanta envergadura debe arrastrar a la eternidad. Eres y serás ese sol que alumbró al mundo con sus ideales, por eso siempre seguirás brillando para todos.
Siéntete orgulloso y descansa sin arrepentimientos al lado de Dios, estés donde estés, mantente firme y digno para que tu lucha se mantenga intacta en manos de los que aún te seguimos. Aunque pasen los años y ya no estés seguiremos unidos de mano de grandes personas, como Iris Varela, por una sociedad libre y equitativa, así tengamos que morir por ella.
Esos somos nosotros, los privados de libertad con consciencia. Que viva usted por siempre, comandante y Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías.
Atentamente: Internos de Vista Hermosa y demás cárceles del país.