En la medicina hay profesionales que trascienden lo técnico y convierten su oficio en un compromiso humano. Una de ellas es la doctora Daika Pirela, médico radiólogo venezolana, subespecialista en ultrasonido y con certificaciones internacionales.
Con más de doce años de experiencia, se ha consolidado como una referente en la región, llevando la ecografía más allá de las imágenes para transformarla en una herramienta que salva vidas.
Su historia comienza en la infancia, en un entorno marcado por la medicina. “Crecí en una familia de médicos, donde mi principal fuente de inspiración fueron mi mamá y mi tío padrino. Verlos y escuchar sus anécdotas me causaban un interés gradual en el tema. Crecí entre clínicas, pabellones y consultorios, jugaba a sentarme en ellos y hacer récipes. Sentía una gran curiosidad por el cuerpo humano, por entender cómo funcionaba y buscar curas a las enfermedades”, recuerda con nitidez. Ese interés, que nació como un juego a los cuatro años, pronto se convirtió en una vocación que la acompañó a lo largo de toda su formación.
Tras graduarse en el Colegio Mater Salvatoris en 1996 con calificaciones sobresalientes, ingresó directamente a la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, donde inició el camino que marcaría su vida profesional.
Al finalizar la carrera, decidió orientarse hacia la radiología, convencida de que la medicina del futuro estaría determinada por los avances tecnológicos en imágenes diagnósticas. “La radiología es esencial en casi todas las ramas de la medicina, desde una simple fractura hasta enfermedades complejas como el cáncer. El diagnóstico inicial dependería de una imagen bien interpretada, lo que hacía que la radiología tuviese un papel decisivo en el manejo clínico de los pacientes”, explica. Ingresó al postgrado de Radiología en 2009 y rápidamente se destacó con altas calificaciones, al punto de recibir una beca de la universidad. Fue allí donde descubrió su verdadera pasión: el ultrasonido.
A medida que avanzaba en su formación, Pirela comprendió que esta técnica representaba una herramienta única por su versatilidad, seguridad y accesibilidad. “El ultrasonido es una herramienta diagnóstica fundamental en la medicina moderna: económico, seguro, sin contraindicaciones y de diagnóstico inmediato. En muchos casos, es el estudio Gold Standard de elección inicial”, afirma. Esa convicción la llevó a orientar su tesis de grado hacia el estudio de infecciones pediátricas mediante ecografía, demostrando que esta técnica era capaz de dar diagnósticos inmediatos y precisos, evitando complicaciones graves en niños con infecciones severas. Su investigación obtuvo la máxima calificación y la hizo graduarse con honores en 2012.
Lo que distingue a la doctora Pirela no es únicamente su habilidad técnica, sino su visión integral del paciente. Para ella, la radiología no se reduce a leer imágenes, sino a integrarlas dentro de un contexto clínico. “No me limito a interpretar imágenes: integro la ecografía dentro de la historia clínica, los síntomas y el contexto del paciente. No solo veo imágenes, veo personas”, sostiene. Esa sensibilidad le ha permitido crear un puente entre la precisión diagnóstica y la humanidad del trato médico, lo que la ha hecho ganarse el respeto de colegas y pacientes.
Su trayectoria también se ha nutrido de experiencias internacionales y colaboraciones con instituciones de gran prestigio. En el Centro de Investigaciones Endocrino-Metabólicas “Dr. Félix Gómez” de la Facultad de Medicina de LUZ, trabajó junto al reconocido doctor Clímaco Cano en investigaciones de alto impacto sobre enfermedades endocrinas. Allí participó en estudios internacionales junto a universidades de Alemania, Estados Unidos y Colombia, como el innovador trabajo sobre la Graves Orbitopathy, que exploró nuevas vías de tratamiento con polifenoles en pacientes con riesgo de pérdida visual.
Más allá de la investigación y la práctica clínica, la doctora Pirela ha dedicado gran parte de su tiempo a la docencia y a campañas comunitarias en zonas rurales, convencida de que el ultrasonido debe ser una herramienta de equidad y no un privilegio. Con cada formación impartida y cada diagnóstico realizado, reafirma su visión de que el conocimiento y la compasión deben ir siempre de la mano.
Cuando se define a sí misma, lo hace con claridad y sencillez: “Soy médico radiólogo, subespecialista en ultrasonido con más de doce años de experiencia en diagnóstico por imágenes. Más allá de la técnica, me defino como una profesional en ultrasonido con más de doce años de experiencia en diagnóstico por imágenes. Más allá de la técnica, me defino como una profesional dedicada, con mucha ética y apasionada por el impacto que tiene una imagen bien interpretada en la vida de una persona”.
En Daika Pirela se conjugan la ciencia, la precisión y la empatía. Su trabajo demuestra que la medicina no es solo un ejercicio académico, sino un acto de humanidad capaz de marcar la diferencia en la vida de quienes más lo necesitan.