La esperanza volvió este miércoles a miles de migrantes venezolanos varados en el norte de México después de que un juez federal de Estados Unidos bloqueó el Título 42, una medida que implicaba su deportación inmediata.
Se dio a conocer el fallo del juez federal Emmet Sullivan, quien este martes describió como "arbitrario y caprichoso" el Título 42; que comenzó a aplicarse en 2020 durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021) y que se ha mantenido durante el actual Gobierno de Joe Biden.
Los venezolanos, que desde hace un mes están incluidos en el Título 42 tras las nuevas restricciones de Washington contra la migración Venezolana; se mantienen en casas de campaña a las orillas del río Bravo en Ciudad Juárez como manera de presión al Gobierno estadounidense.
Cientos de migrantes se pusieron de pie, saliendo de sus hogares provisionales; en la expectativa de que las autoridades de Estados Unidos les indiquen si entra en vigor la medida promovida por el juez.
Ha sido tal la movilización que, a escasos metros del río, autoridades norteamericanas están alertas resguardando el lugar.
“Tengo más de once meses aquí, he pasado la selva más peligrosa. Esto de que quiten el título 42, es esperanza", declaró el venezolano Edixon Ritz Meza.
"Desde el 12 de octubre hubo un mecanismo humanitario para que los venezolanos pudiéramos cruzar; pero uno de los requisitos más importantes y que nos tiene aquí varados es que debemos de tener un familiar en Estados Unidos", recordó.
"Se abre una puerta"
María Mejía llegó a Ciudad Juárez acompañada de sus dos hijos, de 4 y 6 años, pero su viaje se interrumpió con el anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) el 12 de octubre pasado, cuando se ordenó la deportación inmediata de venezolanos que lleguen por tierra.
Ahora se abre una puerta con el fallo del juez.
"Hay que esperar 48 horas a ver si se cumple la ley, tenemos esperanza y la fe en Dios. Ha sido difícil estar aquí con el frío y nos hemos enfermado, las iglesias nos han apoyado con alimentos", relató.
Mientras que Eduardo Villanueva llevaba "más de mes y medio esperando una bendición".
"Y gracias a Dios quitaron el decreto, los Estados Unidos se pusieron la mano en el corazón y nos ayudaron, gracias a México que nos ayudaron también", indicó.
"Estamos felices porque tenemos mucho tiempo esperando, porque vamos a poder ayudar a nuestras familias que dejamos en Venezuela, gracias a Dios y al pueblo mexicano que nos ha ayudado bastante", coincidió el venezolano Jorma Enrique Sanz.
EFE
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