En horas de la madrugada del martes, un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos aterrizó en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, transportando a 200 colombianos que habían sido deportados. Este evento marca un nuevo capítulo en la historia de la migración colombiana y sus desafíos.
Los migrantes deportados compartieron sus vivencias sobre el proceso de deportación y el vuelo de regreso. Muchos de ellos expresaron su agradecimiento por la atención que recibieron de la tripulación durante el trayecto, informó Noticias RCN.
Marlon Díaz, uno de los deportados, destacó: “Gracias a Dios en el avión no nos esposaron. El regreso fue excelente, el trato de la tripulación, todo".
Sin embargo, varios de ellos también reportaron la confiscación de sus pertenencias durante su estancia en Estados Unidos. Andrés Molano, otro deportado, expresó su descontento con la forma en que las autoridades estadounidenses los trataron:
“Las autoridades americanas lo tratan a uno como si fuese un delincuente o peor que un delincuente”, comentó Molano.
Denuncian falta de apoyo en el reciente arribo de migrantes
A diferencia de otras repatriaciones, la llegada de estos colombianos a Bogotá no recibió el apoyo esperado. En ocasiones anteriores, la Cruz Roja, funcionarios de Migración y representantes de la Alcaldía estaban presentes para ofrecer asistencia.
Molano también manifestó su decepción al no encontrar ayuda psicológica: “Yo esperaba encontrar una ayuda psicológica porque uno sí llega afectado mentalmente”.
Mientras algunos han logrado contactar a familiares o amigos para recibir apoyo, otros se encuentran en el aeropuerto, desamparados y sin saber cuál será su próximo paso.
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