Los diversos informes de ONG especializadas, el aumento de las bajas laborales y las advertencias del propio gremio de psicólogos de no dar abasto a la demanda de asistencia han dado cuenta en los últimos tres años que la depresión es un dato insoslayable de la cotidianidad venezolana.
La crisis económica y la incertidumbre política han llevado a los profesionales de la psicología a volcarse a hacer alertas sobre lo que califican una “alerta social” en el área de la salud mental en país, que tiene hoy en la diáspora su último gran catalizador.
“Creo que ninguna de las ONG que trabajamos el tema de la salud mental en el país previmos un escenario como el actual” define la doctora Marisabel Parada, fundadora de la ONG Psicólogos Sin Fronteras Capítulo Venezuela, la actual situación de la salud mental en el país, caracterizado por un entorno fértil para las crisis depresivas en quienes tienen una predisposición a padecerla y en quienes tienen otros trastornos psiquiátricos, abonado por el deterioro social y la deficiencia de fármacos para estas complicaciones.
El tema migratorio tiene especial énfasis en la tesis de Parada pues, a su juicio, no sólo muestra sus efectos psicosociales entre que se quedan, sino también en los que se van.
“En esa corrida de venezolanos que en los últimos dos años han salido por nuestras fronteras terrestres, más de la mitad tiene un perfil socioeconómico que apunta a personas o grupos familiares que no tuvieron una preparación económica, académica o familiar, pero tampoco psicológica. En el caso de los que se quedan, de herramientas para sobrellevar la pérdida sobrevenida y una soledad obligada; y en los que migran, de actitudes para enfrentarse a un nuevo entorno social, en otro país y cultura. De una manera u otra, también Venezuela está exportando sufrimientos en esa diáspora”.
Estar pilas es la clave. La depresión y los trastornos de ansiedad, identifica la especialista, encabezan actualmente los motivos de consulta psicológica en el país, siendo la crisis económica y la diáspora las principales causas.
“El venezolano siempre se ha caracterizado por ser una persona resilente, “echada para adelante”; pero en los últimos meses hemos notado que esa resilencia, esa capacidad de adaptación tradicional del venezolano se está perdiendo, porque es más progresiva la situación de incertidumbre social. Esto puede llevar a consecuencias muy lamentables en el tejido social, no sólo en lo referente a la estadística de personas que atentan contra su vida, sino en la violencia entre familias, vecinos y comunidades”.
Con el contexto antes descrito, la especialista recomienda prepararse para lo que, alerta, es un escenario complejo.
“La actual dinámica nacional, ahora con el grave catalizador de la migración, nos está llevando a replantearnos qué hacemos de nuestra vida, qué voy a hacer con mis hijos o en ausencia de ellos, qué voy a hacer con mi trabajo. Cada eslabón es un sentimiento, y las personas están en un trauma sostenido. No termina un problema cuando el otro comienza. El problema es que, siendo tan alertargado el proceso de definir cuál será el destino de la situación país, esta dinámica apunta a que estará presente y sostenida por un buen tiempo. Y es esa factible prolongación la que debe llamar la atención no sólo de los especialistas, sino de toda la sociedad. Familiares, vecinos, grupos de trabajo, todos debemos ser agentes de apoyo”.
En ese sentido, Parada recomienda saber identificar los síntomas, tanto a nivel personal como entre conocidos. “No tengo ganas de salir, tengo ganas de llorar, no quiero hacer nada, no quiero comer o como mucho. Alteraciones del sueño, deterioro de la salud sin enfermedad previa, poca tolerancia a la frustración o conductas de evitación son indicadores de la necesidad de atención. A nivel personal, la búsqueda de actividades complementarias se hace necesaria. Y no tienen que ser necesariamente actividades costosas. Salir al parque, buscar un curso, alguna actividad deportiva o cultural son excelentes recursos. Y, en lo colectivo, la formación de grupos de apoyo entre conocidos es clave. Estas ayudan no sólo a identificar problemas, sino que son poderosísimas pues contribuyen a que el o los afectados no se sientan solos. La empatía y la solidaridad tradicional del venezolano aquí juega un papel fundamental, debemos acompañarnos en el dolor”.
Ambas recomendaciones, apunta, deben ser acompañadas con el apoyo o la asesoría de especialistas. “Afortunadamente el venezolano ya ha dejado atrás la falsa creencia de que la ayuda psicológica ‘es para locos’. En Psicólogos Sin Fronteras no sólo brindamos continuamente atención psicológica gratuita, sino también apoyamos en brindar herramientas para la formación de esas redes de apoyo social.”.
Apoyo gratuito. Psicólogos Sin Fronteras es una ONG que agrupa a profesionales del área, así como especialistas en materia social. Proporciona servicios de asistencia psicosocial gratuita a particulares y grupos, estableciendo alianzas con instituciones con valores similares. Para citas y mensajes: 0212-8603885 y 0424-2925684. En Twitter e Instagram: @psfvenezuela.